Con dos goles del Tanque Contín, y una magnifica actuación de Paradela, el Lobo de Maradona cerró el año con un triunfazo 2-1 a Central Córdoba en el Bosque.
El Gimnasia de Maradona rompió la mala racha de local para lograr tres puntos importantísimos que en el imaginario valen como diez porque muchas heridas andaban abiertas y este domingo, al menos por un momento, sanaron para dejar de lado aquella idea de “maleficio” de lado y pensar en lo real y concreto.
Gimnasia dio vuelta un partido, en su cancha y ante un rival directo que, si bien llegó con medio equipo alternativo, metió presión sobre todo en la primera etapa.
Pero el Lobo no ganó por gracia divina antepuesta a la falsa idea de una cancha maldita, sino porque hizo lo que tenía que hacer: salir a buscarlo pese al cachetazo que recibió a los 12 minutos cuando Joao Rodriguez puso a Central Córdoba en ventaja.
Sí es cierto que durante el primer tiempo el Lobo sufrió el golpe y quedó tambaleando como en la anteúltima piña antes de la fatality, pero con segundos de distancia se produce un cambio bisagra en el encuentro: sale lesionado el Caco García, e ingresa en su lugar José Paradela.
Bisagra porque el pibe de Quiroga hizo todo bien, le dio frescura y aire a un equipo lastimado y con el temor de una nueva derrota en Casa acechando por cada lateral. Aportó ritmo, calidad y juego exquisito para darle fortaleza al grupo. Sin dudas lo mejor de la cancha, preciso y vistoso.
Para el complemento el Lobo ya tenía otra vitalidad y salió con todo, bien parado y ordenado, con Paradela como motor y con goles de delantero. Dos veces el Tanque Contín y giró la cosa. El Lobo pasó a ganarlo tras un empate de cabeza, para luego ponerse en ventaja tras una magnífica jugada de Paradela que el nueve Tripero terminó empujando al fondo de la red.
Fue final un desahogo bien profundo para todos los triperos y triperas que necesitaban una alegría en Casa, todos juntos; para Diego, que en una gran emoción se aferró al escudo, y saludo a la gente entre lágrimas, no sin antes pedirle que vote por Pellegrino, pero ese es otro capítulo. Fue un día mágico para todos. Para Maradona que recibió visitas especiales de su hija y nieto, del ex entrenador del Tottenham, y de Nico Moscardini, campeón del TC2000. Para nosotros, que pisamos una vez más el Bosque.
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Son tres puntos que valen diez. Sí. Por la tabla de promedios, por el cierre de un duro 2019, por la alegría que tenemos atesorada bajo llave que a veces perdemos (o nos hacen perder).
El Bosque hoy fue fiesta. Fue ovación a Paradela. Fue lágrimas y abrazos. Sonrisas. Preocupaciones en un cajón que se abrirán dentro de un rato. Ahora celebramos porque sonreímos juntos, con el puño en alto porque lo merecemos.
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