Gimnasia cayó 2-1 con Atlético Tucumán en el Bosque por la fecha 23 de la Superliga Argentina de Fútbol. Un partido más, misma cantidad de puntos: 22. Acumula, de esta manera, la quinta derrota consecutiva y la temporada que viene se avecina bien oscura. Los tucumanos, con este resultado, ya superaron al Lobo en los promedios.
Y sí, era el momento. “El partido más importante”, habían declarado el capitán y el entrenador triperos acerca del choque con Atlético Tucumán. Claro, es que el Lobo venía de perder cuatro veces seguidas y con solo 22 puntos en su haber. Lejos del objetivo al que había apuntado con la llegada de Facundo Sava, de meterse en alguna copa internacional, Gimnasia está cada vez más complicado con los promedios para la temporada siguiente.
El Lobo paró con: Alexis MARTÍN ARIAS; Ezequiel BONIFACIO, Facundo OREJA, Manuel GUANINI, Omar ALDERETE, Nicolás COLAZO; Lorenzo FARAVELLI, Fabián RINAUDO; Brahian ALEMÁN; Franco NIELL y Nicolás CONTÍN. En el banco: Tomas DURSO, Maximiliano CORONEL, Lucas LICHT, Matías MELLUSO, Matías GÓMEZ, Nicolás DIBBLE, Facundo PEREYRA.
De entrada se dio un partido muy parejo, pero el Lobo asomaba mejor. Proponía más que su rival a pesar de mostrarse aún un tanto vulnerable en defensa, con dificultades para el juego asociado y la falta de un claro conductor. Pero asomaba, sí. Al cuarto de hora, Oreja se pierde un gol increíble frente al arco de Batalla, tras un córner de Alemán. Contín no llegó al rebote. Gimnasia avisaba e iba adquiriendo seguridad.
Unos minutos más tarde era Faravelli quien remataba de media distancia. Pero Batalla, quien se iba convirtiendo en la figura de su equipo, controló en dos tiempos.
A la media hora de encuentro, daba la sensación que los tucumanos esperaban por el error tripero, justo en ese momento, el equipo de Sava desplegó una gran jugada colectiva y Faravelli la mandó al ángulo. Imposible para el arquero.
Explosión y desahogo en el Bosque. Se estaba logrando el cometido: el Lobo ganaba bien, en casa y con su gente. A los vestuarios con tranquilidad. Durante el complemento los triperos siguieron controlando el juego, se vio una correcta sociedad entre Contín y Niell y, un Alemán bien activo. Jugada y remate fabulosos del uruguayo que Batalla mandó al córner. Luego, asistió a un gran cabezazo de Guanini que el uno tucumano volvió a despejar. Adelante en el campo de juego, desatención en el fondo y golazo de la visita a los 20 del segundo tiempo. Alejandro Melo. Alexis, poco para hacer.
A partir de ahí un partido intenso y desordenado, totalmente abierto para cualquiera de los dos. Fue para ellos, Gervasio Nuñez sentenció el 2-1 y abrió la puerta de la impotencia y bronca en el estadio. “La camiseta del Lobo se tiene que transpirar, y sino no se la pongan, váyanse no roben más”, gritaba al unísono el triperío.
Enojo. De la gente, de los jugadores, del cuerpo técnico. Impotencia. ¿No mereció perder? Y… Atlético no hizo mucho para ganar y eso preocupa. Preocupa que a Gimnasia se le van los 43 puntos obtenidos en 2016/2017 y arrancaría con un flaco colchón de puntos y en zona oscura. Preocupa que perdió ante un rival directo en los promedios. Duele encarar el tramo final de torneo con esta incertidumbre. Con rumores de salida del técnico, con una bataola de imágenes pasadas que brotan de la memoria como lanzas. No Gimnasia, no es el camino. Apuntemos a lo que viene: Talleres en Córdoba. Apuntemos a sumar todo lo que se pueda en las cuatro fechas que quedan.
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