Un partido a la altura

Norberto Briasco integró el podio de los mejores en la victoria ante Independiente y pasó de los murmullos a los aplausos. A préstamo hasta diciembre, el ex Boca busca redimirse ante los hinchas y no quiere desaprovechar la oportunidad que le brindó Alejandro Orfila.

Gimnasia fue protagonista de una gran tarde en el Bosque y recuperó una imagen que parecía haber perdido en los últimos meses. El equipo dirigido por Alejandro Orfila se impuso 1 a 0 frente a Independiente en un estadio repleto y logró su primer triunfo en el Torneo Clausura. El plantel mostró rendimientos individuales muy altos, y uno de los destacados fue Norberto Briasco. El ex Huracán cumplió un rol clave en el ataque y firmó su mejor actuación desde que llegó al club. A pesar de que su paso venía siendo complicado y había sido resistido por los hinchas, el armenio se retiró de la cancha bajo una lluvia de aplausos.

A préstamo desde Boca hasta diciembre, Briasco llegó al Lobo a mediados de 2024 con la misión de jerarquizar el frente de ataque. Bajo la conducción de Marcelo Méndez, fue titular en los primeros partidos e incluso convirtió un gol frente a Tigre en Victoria. Sin embargo, las lesiones lo alejaron de las convocatorias y la falta de continuidad pesó en su etapa en 60 y 118. Por razones extrafutbolísticas, su vínculo con el técnico uruguayo se deterioró, y terminó el año mirando los partidos desde la platea. La reivindicación del delantero comenzó a inicios de 2025, cuando realizó la pretemporada junto al resto del plantel.

El breve ciclo de Diego Flores tampoco logró relanzarlo: el delantero de 29 años alternó entre ser suplente, quedar fuera de las listas y sumar pocos minutos, incluso en el clásico platense. Todo indicaba que su etapa con la camiseta del Lobo estaba terminada, pero la llegada de Alejandro Orfila fue una bocanada de aire fresco y una última oportunidad que Briasco no quiere desaprovechar. Pese a las críticas del público, el ex DT de Barracas Central lo respaldó como titular frente a San Lorenzo, donde dejó una imagen prometedora. Luego, repitió en el once ante Independiente y fue uno de los mejores del equipo en la victoria ante el Rojo. Estuvo cerca de coronar su gran partido con un gol, pero su remate dio en el palo.

La actuación de Norberto Briasco no solo representa un premio a la perseverancia, sino también una señal alentadora para el futuro inmediato de Gimnasia, que todavía transita una etapa de reconstrucción bajo el mando de Alejandro Orfila. En un equipo que busca encontrar una identidad y sostener un rendimiento competitivo en el tiempo, la recuperación futbolística y anímica del delantero aparece como una pieza fundamental dentro del engranaje ofensivo. Más allá de los vaivenes que tuvo desde su llegada, su rendimiento ante Independiente marcó un antes y un después. Con entrega, compromiso y solidez en su juego, el armenio empieza a torcer la historia, dejando atrás las críticas y los cuestionamientos, y empezando a cambiar la mirada del hincha, que poco a poco vuelve a ilusionarse con su aporte.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*