Siempre fuertes, siempre unidos

Una verdadera celebración democrática se ha dado en la jornada de ayer en el único polideportivo de la ciudad de La Plata. Multitudinariamente (de manera sorprendente una vez más, a pesar de que ya no es ninguna sorpresa), los triperos se movilizaron hacia la sede social gimnasista para presenciar el acto crucial que definiría la entrada o no del club en concurso preventivo de acreedores. Es el camino, Gimnasia. Más allá de la decisión final (que con el tiempo se juzgará acertada o catastrófica), fue realmente conmovedor observar a «la Manada» (adjetivo que con tino, en mi opinión personal, la comisión actual utilizó últimamente para denominar al triperío) presente en número superlativo en esta instancia decisoria.

Ahora más que nunca (como lo dijeron ciertos socios que tomaron la palabra en el día de ayer, como es el caso de Pedro Pianta, entre otros), es cierto que hay que poner las miras sobre la gestión institucional. Lo positivo en este sentido (uno lo dice en vistas a las paupérrimas dirigencias anteriores, que causalmente nos impulsaron a este momento crítico) hoy hay visiblemente una apertura por parte de la dirigencia de turno para informar al socio, y no desinformarlo, en esta cuestión como en otros temas, con motivo de que justamente su gestión se vuelva lo más transparente posible. Creo que es una actitud sana, necesaria, y una obligación, por otra parte, que los socios debimos haber impuesto anteriormente con suficiencia, cosa que no hemos logrado en lo más mínimo, a partir del absoluto libre albedrío que han tenido las nefastas comisiones directivas precedentes para operar nuestro Gimnasia con total descaro e impunidad.

Y si de impunidad hablamos, se debe hacer justicia. Como dijo otra vez el socio Pianta (opinión ratificada por el prosecretario Arrién), todos queremos y necesitamos justicia. Dios quiera que este concurso realmente llegue a ser un punto de partida alentador para una gestión positiva. No hay que olvidar todos los productos que gestaron nuestra crisis, y castigarlos. Personalmente, creo que la expulsión del cuerpo societario de personajes como Onofri tan solo el inicio de la represalia. Esa persona debe pagar con su bolsillo (y con su libertad, si se quiere) el manejo desastroso de las arcas sagradas de nuestra institución.

Porque Gimnasia debe mantenerse puro, y ayer, como hemos mencionado que fue saludable y motivadora la convocatoria de tanta gente, fue ciertamente un orgullo que enseguida se ratificara el título jurídico de sociedad civil sin fines de lucro que nos corresponde como club, clausurando la entrada de las sociedades anónimas totalmente en nuestro panorama, a pesar de que ello ya estaba negado estatutariamente. Fue alentador enterarse de que Gimnasia fue uno de los que comandó la reformulación del estatuto enviado a AFA desde FIFA, en donde se especificó puntualmente que los clubes son asociaciones sin fines de lucro, para evitar justamente el ingreso en nuestro ámbito futbolístico de los capitales privados que quieren volver a los clubes algo similar a empresas capitalistas. Está clarísimo, en nuestro caso, que nuestra bandera es social, es popular y es intocable.

Brindemos entonces, sobre todo, por haber celebrado en el día de ayer, 3 de marzo de 2017, un encuentro cuantitativamente imponente del pueblo tripero. Dada la crisis dejada por la ex comisión directiva encabezada por Daniel Onofri, expreso que el concurso se muestra como una salida casi inevitable, por la cual di mi voto positivo. Sin embargo, no dejemos de acercarnos al club día a día, como hacen los militantes por Gimnasia, que tan bien enaltecen nuestro escudo dedicándole horas a una de las cosas que nos hace más felices.

Con compromiso y responsabilidad, por un Gimnasia de pie. Como reza la letra de nuestro célebre himno, entonado también en la jornada nocturna de viernes, en el día de ayer:

«Sin enconos ni altiveces, ¡siempre fuertes, siempre unidos! Por mens sana conocidos lucharemos sin cesar. Pues sin luchas no hay victorias, y nosotros las queremos. Porque siempre padecemos ¡hondo anhelo, hondo anhelo de triunfar!».

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*