Triperos y triperas ponen en valor el paredón que da a la avenida 60 y el portón de los jardines donde se planea colocar un escudo luminoso como el de la Sede Social.
Se viene el centésimo trigésimo cuarto aniversario de nuestra querida institución y por segundo año consecutivo nos encuentra invadidos por una pandemia que, sin embargo, no imposibilita que los triperos y las triperas se involucren activamente.
Así como se pusieron el overol para rejuvenecer el templo allá por el destierro muñocista, o muchos años después cuando el sayo dirigente se lo colgó otro con la puesta en valor de la fachada de la sede de calle 4, ahora también el hincha es quien pone manos a la obra.
La idea es que para el 3 de junio, la pared que da a la avenida 60 quede al menos prolija y que el portón de los jardines del maduro estadio Juan Carmelo Zerillo luzcan colores brillantes que hagan juego con un escudo gimnasista luminoso.
El dato que ya no es tan noticiable: son Triperos y triperas “sueltos” los que proponen a la Comisión Directiva, esperan el OK, y se ponen a laburar. Ni que los hubieran votado.
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