El Lobo cayó ante Defensa y Justicia 1-0 en Varela y se quedó sin Copa Sudamericana. En un partido chato, lo ganó el que pateó más veces al arco.
Fin de la ilusión. Era casi imposible pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Gimnasia debía golear al Halcón, en su cancha, para poder ingresar a la Sudamericana. No sólo no ganó, sino que no hizo mucho para hacerlo.
Los triperos fueron de mayor a menor en el partido. Comenzaron presionando a la defensa de los de Varela. Generándole errores y, a partir de ellos, intentando llegar al arco. Sin embargo, por fallas en el manejo o en la definición, el Lobo no pudo ponerse en ventaja. Duró 38′ minutos ese envión, hasta la lesión de Coronel.
Del otro lado, Defensa y Justicia. Pelota al pie, movilidad en ataque y precisión en la entrega. Con un Jonás Gutiérrez intratable, y un Alexander Barboza digno de jugador de selección.
Las más claras del primer tiempo la tuvieron los locales. Aunque la mayoría con tiritos de lejos, fáciles para Alexis Martín Arias. Alrededor de los 30′, Bourzat estrelló su remate en el travesaño, luego, el Defe creció en el partido, se acomodó en la cancha y comenzó a quebrar definitivamente la presión albiazul.
A los 38′, cuando más sufría Gimnasia, Maximiliano Coronel recibió un pisotón en el pie derecho operado recientemente y pidió automáticamente el cambio. Se le realizarán placas para descartar la ruptura, nuevamente, del quinto metatarsiano. Lo reemplazó Manuel Guanini.
La primera y única que tuvo Gimnasia en el partido, la desperdició Ibáñez. 45′. Contragolpe para el Lobo encabezado por Fito Rinaudo. Pase en profundidad para Bonifacio que llega al fondo y tira el centro atrás. El ex Comunicaciones la paró sólo en el punto final. La acomodó. Se tomó todo el tiempo del mundo para definir, que cuando lo fue a hacer, el 6 de Defensa le tapó el remate y salió jugando. Sí, esa fue la más clara. Un disparo que no llegó a concretarse.
Si el primer tiempo, futbolísticamente, fue pobre, el complemento no se tendría ni que haber jugado. Aburrido, sin llegadas claras. Por momentos rozando lo grosero. De tres cuartos de un lado a tres cuartos del otro, sin arcos. Con el arquero de Defensa y Alexis Martín Arias totalmente pintados.
Gimnasia, monótono. Pelota al pie de Fito, para Boni. Este encaraba. Jugaba para algún delantero y la perdía. Los de Varela, con más variantes, también llegaban al ataque y rebotaban. En una jugada aislada, luego de una serie de rebotes, Rivero pisó el área chica de Alexis, y fue el mismo 31 que terminó por convertirle penal.
36′ del complemento. Barboza desde los dice pasos. Gol para defensa. 0-1 y cifras definitivas. Las tablas le hubieran sentado bien a un partido chato, con pocas llegadas y casi nada de fútbol. La victoria fue mucho premio para Defensa, que la consiguió por tener mayor convicción a la hora de ir a buscar el partido.
El Lobo cerró una mala temporada 2016/17. Sin clasificación a las Copas. Quedando afuera de las que jugó en primera ronda, y sin haber ganado un clásico. Es momento de plantar bandera. Decir «hasta acá llegamos«. Peor no vamos a estar. Cambiar. Renovar y juntos apostar por un Gimnasia Grande, Positivo y De Todos. Es el momento para que Roberto Depietri demuestre para qué vino, y arme un plantel acorde a la historia Mens Sana.
Párrafo aparte para Messera y Martini. Por el torneo, seis dirigidos. Tres ganados, tres perdidos. Más allá de la mínima mancha dea Copa Argentina, en un momento difícil, agarraron el fierro caliente y le devolvieron al mundo tripero lo que el hincha quería ver. Huevo, garra, actitud, identidad. La vida por los colores, con grandeza y fútbol. Simplemente gracias y va a haber una segunda oportunidad.
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