
La vuelta de Alejandro Piedrahita y Bautista Merlini le da a Orfila nuevas opciones en ataque. El colombiano y el ex San Lorenzo, que dejaron atrás sus lesiones, sumaron minutos ante Godoy Cruz y apuntan a ganar protagonismo.
Después de tres días de descanso, Gimnasia inició su semana de entrenamientos en Estancia Chica con la mira puesta en el partido frente a Lanús del próximo domingo en el Bosque. Con las flechas en alza y el ánimo por las nubes tras imponerse en sus dos últimas presentaciones ante Independiente y Godoy Cruz, Alejandro Orfila busca tocar lo menos posible una formación que viene cumpliendo con creces y ya piensa en el equipo para enfrentar al Granate. Mientras tanto, el jueves pudo contar por primera vez con Alejandro Piedrahita y Bautista Merlini, quienes se suman como alternativas reales en el ataque.
Un comienzo de temporada para el olvido, sin resultados positivos y con rendimientos futbolísticos muy por debajo de lo esperado, realzó la importancia de aquellos jugadores que mostraron rebeldía para intentar llevar al equipo hacia adelante. Entre ellos, se destacan Piedrahita y Merlini, dos refuerzos que llegaron en el mercado de pases de verano y que siempre generaron en el hincha la esperanza de aportar algo diferente en medio de tanta monotonía. Sin embargo, sobre el final de la pretemporada ambos sufrieron molestias musculares y su recuperación se extendió hasta días antes del choque con Godoy Cruz en Mendoza.
Tanto el colombiano como el ex San Lorenzo sumaron minutos en la victoria frente al Tomba y, aunque no tuvieron incidencia directa en el marcador, su presencia es una gran noticia para este “nuevo” Gimnasia que conduce Orfila. El próximo domingo, el Lobo recibirá a Lanús y, si bien no forman parte del once inicial, todo indica que seguirán ganando rodaje desde el banco de suplentes.
La recuperación de Piedrahita y Merlini no solo amplía las variantes ofensivas de Orfila, sino que también eleva la competencia interna en un plantel que, hasta hace pocas semanas, parecía corto de soluciones. Con un fixture que no da respiro y la necesidad de sostener el envión conseguido, contar con dos jugadores de experiencia y características distintas le abre al entrenador un abanico de opciones para adaptarse a cada partido. El desafío, ahora, será que ambos mantengan la regularidad física y futbolística para transformarse en protagonistas y no solo en recambios ocasionales.
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