Gimnasia derrotó 2-0 a Barracas Central en los cuartos de final y avanzó a las semifinales del torneo, donde lo espera Estudiantes. El clásico se jugará en el Estadio Juan Carmelo Zerillo —los organismos de seguridad manejan la posibilidad de que sea el domingo—. Con esta victoria, el equipo de Fer Lucho acumula cinco triunfos consecutivos y redondea una campaña sorprendente tras salvarse del descenso.
El Lobo salió a jugar el cruce con la misma convicción que mostró durante el sprint final del torneo. Sólido, intenso y con una presión alta que incomodó a Barracas desde el arranque, encontró la ventaja a los 23 minutos tras una gran jugada colectiva que terminó en el 1-0. El VAR chequeó la acción, pero no hubo dudas: tercer partido consecutivo en el que el goleador abre el marcador.
El equipo de Zaniratto fue más en la primera mitad. Barros Schelotto manejó los tiempos, Merlo fue una flecha por afuera y el tándem con Panaro funcionó perfecto. Incluso cuando Barracas tuvo la más clara, Insfrán respondió con una tapada espectacular con el pie, después de que la pelota diera en el palo.
En el segundo tiempo, el local apuró y tuvo dos situaciones clarísimas para empatar. Pero el Lobo también pudo liquidarlo: primero con el centro del Pata que Franco Torres no pudo empujar con el pecho, y más tarde con otra llegada de Briasco que tampoco terminó en gol. Gimnasia perdonó, pero sostuvo el triunfo con carácter.
El pitazo final desató el festejo. No solo por la clasificación, sino por el momento del equipo: cinco victorias al hilo, siete triunfos en nueve partidos desde la llegada de Zaniratto (y una reserva que también llegó a la final, de paso). Un renacer total.
Ahora se viene el partido que todos queremos jugar: Estudiantes en el Bosque, en casa, con el triperío encendido y una semifinal que promete ser histórica.
Porque este Lobo está vivo. Está fuerte. Y va por más.

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