Lucía Romagnoli, coordinadora del hockey de Gimnasia, visitó los estudios de X5 Radio 91.3 y estuvo presente en Mundo Tripero recordando los momentos más emotivos del hockey, el inicio, la primera victoria, el crecimiento, el sueño de la cancha de sintético y un repaso imperdible por la historia de las Lobizonas.
Lucía, como coordinadora debe ser difícil organizar todas las categorías sabiendo que hay una falta de jugadoras ¿no?
Si bien hay un recambio en categorías mayores importante, hay muchas jugadoras nuevas y otras tantas que subieron. Dentro de todo hay un buen número de chicas que no es lo que venía pasando. Pero tenemos en cuenta que es el principio del Torneo, recién en mayo o junio se ve qué jugadoras se quedan realmente.
Teniendo en cuenta el inicio del Torneo Metropolitano y todo lo que viene trabajando el hockey desde años anteriores, ¿cuáles son los objetivos que planteaste como guía de la actividad?
Siempre el objetivo -en todas las categorías- es generar sentido de identidad y pertenencia y, por supuesto, el orgullo de estar en Gimnasia. No sé si toda la gente lo sabe, pero es el club pionero en La Plata y no sé si las chicas son conscientes del valor que tiene estar en la institución, el lugar donde están entrenando, en las condiciones que lo hacen y con falencias como no tener la cancha que es dar ventaja. Y aún así, siguen, se quedan, no se van y cada domingo dejan todo en la cancha. Ese es uno de los objetivos que planteamos.
¿Y con respecto al Metropolitano?
El objetivo es desarrollar el mejor campeonato posible, uno siempre quiere ganar y se hace la ilusión de clasificar a la siguiente etapa que es con la Tira E para ver si podemos ascender. Pero sabemos de nuestras limitaciones y queremos hacer una buena campaña y que las chicas sigan creciendo.
Teniendo en cuenta que Gimnasia fue pionero y todo lo que eso significa, ¿cómo te surge la idea de llevar el proyecto al club para que la disciplina vuelva a estar activa?
Nosotros lo que veíamos con Daniel Roelling -el DT de mayores-, con quien trabajo desde el año 2000, es que en los colegios privados donde trabajamos y en toda la ciudad, se estaba expandiendo la actividad y en ese momento habíamos arrancado en el Club Naútico. Entonces no entendíamos como Gimnasia no tenía hockey siendo un club grande y ahí presentamos la propuesta para hacerlo en la escuela como actividad extra programática como veníamos haciendo en otras escuelas. Desde la dirigencia de ese momento nos dijeron que no porque querían que los chicos hagan actividades «más tranquilas» (risas). Pero al siguiente año nos llamó el Director de deportes y nos comunicó que había comisión nueva, que les había interesado el proyecto y querían recuperar actividades que habían sido pioneras en el club. También se recuperó la esgrima y finalmente arrancamos hockey en 2011.
¿Cómo fue todo ese proceso? Me imagino lo que debe ser mirar hacia 2011 y ver hoy lo que es el hockey.
Una terrible responsabilidad, es increíble. Nunca pensé que iba a pasar lo que pasó. Empezamos con la expectativa de que iba a haber un montón de nenas, pero nunca lo que es hoy hockey en Gimnasia. Siempre tuvimos dificultades. En 2011, si bien empezamos a hablar en marzo para que vuelva la actividad, arrancamos en septiembre porque no nos poníamos de acuerdo en los días y en los horarios. Siempre costó un poco pero, finalmente, se dio. Arrancamos el 19 de septiembre, donde está el ombú y, si bien era un poco tarde, lo que queríamos era ir sentando las bases para que en 2012 hubiera nuevas jugadoras. Teníamos alrededor de 30-35 chicas al inicio. La disciplina explota en 2012 y ahí nos mandan a entrenar a la auxiliar -60 y 118-, donde surge realmente el comienzo del hockey. Ahí se jugaban los partidos y demás.
¿Cómo es la relación con la comisión directiva actual?
Muy buena. A los pocos días de asumir, anunciaron el pago de lo que quedaba de la alfombra y luego asumieron el compromiso de que la cancha iba a estar. Una vez pasada la Asamblea del Concurso de Acreedores -que era lo que los preocupaba- inmediatamente llamaron para ver en qué situación estaba la disciplina y, a esta altura, ya hablaron con Forbex y con la empresa que va a hacer el suelo. Hay mucho compromiso. El presidente está contento con la actividad porque dice que la disciplina le da otra cara al club. Y otra cosa para valorar es que en campaña, Gabriel Pellegrino, dijo que confiaba en las personas que estaban en cada actividad y que si se había logrado lo que se había logrado en las condiciones que estábamos, él llegaba a sumar y apoyar para que se pudiera seguir trabajando pero en mejores condiciones y lo está cumpliendo.
Llevaste el proyecto, lo aprobaron y había que empezar a darle forma y eso imagino que costó…
Sí. Se fue dando todo muy rápido, no podías detenerte a pensar, era resolver y avanzar. En el Bosquecito arrancamos un martes y teníamos 20 nenas, al siguiente entrenamiento llegaban 18 más y la siguiente semana otras 20. En un mes y medio teníamos 80 jugadoras. Nadie podía creerlo en el club y nosotros tampoco.
¿A partir de ese incremento de jugadoras fue que comenzaron a competir?
Empezamos a participar en la Liga Platense y el primer amistoso fue con San Luis, ahí ya estábamos conformados como equipo y con indumentaria. Se siguió creciendo con muchas jugadoras y volvimos al Bosquecito, no de forma inmediata, pero una vez que nos instalamos -ya más tranquilos porque teníamos el espacio-, empezamos a comunicarnos con la asociación para transitar la amnistía para volver al Torneo Metropolitano y se dio con facilidad. Logramos la amnistía en el 2013 y en el 2014 volvimos a jugar en el Bosquecito. El primer año fue en el pasto natural en nuestra cancha, uno por ahí no se da cuenta porque es de césped, pero tenemos nuestra cancha, ese es nuestro espacio y yo lo valoro un montón. Fue mucho esfuerzo por parte de los dirigentes, padres y profes poder tenerla. Ahora vemos el sintético y, por ahí se olvidan, pero con Daniel hemos ido miles de veces a marcar la cancha, medir las distancias y es un trabajo que ahora con el sintético no lo tenés que pensar, pero costó. No hay que olvidarse de las raíces.
¿Cómo fue el debut oficial de las Lobizonas, qué sensaciones generó y qué significó la primera victoria para Gimnasia y en el Bosquecito?
Eso fue y es otra de las cosas increíbles. El rival fue San Luis B, que era un equipo que hacía cuatro o seis años que jugaba y nosotras recién empezábamos. Igual con San Luis hay una relación muy buena. En la previa con la coordinadora y la delegada del club nos llamamos por el control de la mesa, el sistema que se maneja por computadora y todo lo demás, para nosotros era la primera vez y ellos nos ayudaron un montón. Y en el partido 16-0 no lo podía creer. El primer gol recuerdo que fue de Aluminé Martin y el segundo de Estefanía Garizoain -ambas ex capitanas de la Primera División-, y para mi ya era el debut soñado porque ellas estuvieron desde el inicio del hockey y del proyecto.
En la historia del hockey tripero se han forjado líderes, jugadoras que han marcado un antes y un después, uno de esos estandartes es Estefanía Garizoain, hoy en Universitario de La Plata. Lucía no pasa por alto la ausencia de la central y analiza su ida y la baja no solo en el plantel superior, sino también, a nivel personal y anímico para el grupo.
Que Estefanía se haya ido todavía no lo asimilo. Son decisiones que respeto pero hoy no comparto, será cuestión de tiempo. Le tengo que agradecer un montón, porque siempre estuvo, siempre apoyó y siempre bancó. Me quedo con lo mejor de eso. Obviamente me hubiese gustado que se quede, más si en tan poco tiempo vamos a tener la cancha me encantaría que esté. Pero bueno, son decisiones personales que respeto. De todas formas, seguimos hablando, tengo una excelente relación con ella. También son cosas que sirven para aprender.
¿Cómo fue la primera jornada del Torneo Metropolitano, el pasado 2 de abril?
Ayer más allá de la derrota de la Primera -que uno tenía la ilusión de arrancar con el pie derecho después de ver el partido que hicieron las chicas en Everton-, más allá de eso fue una jornada hermosa. Todo el mundo estaba contento de que se había puesto la bocha a rodar y además por cómo habían jugado las nenas. Durante el partido de Séptima, el entrenador de San Cirano nos vino a felicitar por como había jugado la Octava y como estaba jugando la Séptima.
Después cuando fuimos al tercer tiempo con Anabel Aon -referente del plantel superior-, vino un colaborador del club que es árbitro profesional y que está muy ligado al hockey y nos felicitó por cómo jugaban las nenas. No sólo porque se veía un buen buen despliegue en la cancha sino también por el juego limpio. Además nos preguntó por la cancha, estaba al tanto de que no la tenemos y que entrenamos en césped natural y por eso también se asombraba por el nivel de juego de las chicas.
En fin, terminé dirigiendo que no me lo esperaba y encima a esas nenas, que yo las tuve dos años en novena, a pesar de conocerlas las chicas cambiaron, crecieron muchísimo como jugadoras, se conocen, juegan en equipo y está buenísimo ver ese proceso. Estar en la cancha dirigiéndolas fue como un reencuentro. Muy emotivo.
En la Séptima división del club juega tu hija, ¿qué sentís cuando la ves defendiendo los colores del Lobo?
A mi me hace feliz verla jugar. Me encanta. Era uno de mis propósitos cuando presente el proyecto, que se genere ese espacio de encuentro, de amistad que se hace en el deporte. Estoy convencida de que las amistades que se dan en el deporte no se dan en cualquier otro ámbito. Los amigos del deporte son distintos y son para toda la vida. Lo disfruto mucho. En Gimnasia arrancó desde décima y hoy está en Séptima.
¿Y como madre?
No se ponerlo en palabras, me emociona. Uno generó eso, o aportó a que se genere ese espacio y ella es parte del proceso desde el inicio. Cuando ese grupo llegue a Primera van a ser cien por ciento Lobizonas. Más allá de que esté mi hija y por supuesto me llena de orgullo y me encanta que esté ahí. No estaría en otro lugar tampoco, yo vivo a cuatro cuadras de Universitario y ella quiere seguir en Gimnasia. Nunca se me cruzó llevarla a otro club porque no está la cancha. Nosotros confiábamos en el proyecto y ella está ahí y es parte importante de esto, es un poco el testimonio de lo que uno pensó cuando llevo el proyecto, de lo que uno viene trabajando y el objetivo es que lleguen a Primera jugadoras que tengan entre siete y diez años de formación en el club, ese es el primer objetivo del proyecto.
¿Cuáles son los próximos objetivos?
En primera instancia, generar sentido de pertenencia y de identidad, orgullo de vestir estos colores, mucha humildad, compromiso. Creo que el espacio que puede generar el club es uno de los cables a tierra que tienen los pibes hoy en la sociedad en la que vivimos, más en una ciudad grande como ésta. Quiero que pase eso, que estén la mayor parte del tiempo libre en el club, haciendo un deporte, viendo otras disciplinas y eso hace que crezcas como persona, con valores como el esfuerzo, el compañerismo, el ayudar el otro, eso lo transmite el deporte. Ese también es uno de los objetivos cuando pensás la actividad dentro de una institución.
Yo me imagino el Bosquecito no sólo con canchas de fútbol y hockey, sino que también haya playones, aros de básquet que las personas vayan y pasen un rato ahí. Que haya redes de voley, que esté lleno de chicos jugando. Quiero que la vida social del club vuelva a ser como antes, que todo el tiempo libre que tenga el chico quiera ir al club, que en el verano vaya a la pileta, que sea parte.
Con tranquilidad pero a paso firme, las jugadoras tienen tal sentido de pertenencia, que acompañar a las demás disciplinas ya no es una utopía. Lobizonas y Lobas se acompañan, se apoyan y se alientan. Como bien dice el himno gimnasista las mujeres del Lobo se mantienen: «Siempre fuertes, siempre unidas». Lucía, construyó una relación amena y muy cercana nada más y nada menos que con dos emblemas de Gimnasia: Alicia y Paula Casamiquela. Por supuesto, nos contó de qué hablan cuando se ven y cómo surgió esa unión.
La relación surge porque para mi al club lo hacemos entre todos. Yo siento que el hockey es una gran familia y me encanta, por ejemplo, la gala de los deportes donde están todas las disciplinas juntas, la cena que se hace en diciembre donde compartimos lo que vivimos durante todo el año y festejamos todos si alguna actividad se consagró. Con Alicia y Paula siempre tuve una excelente relación, siempre nos demostraron su apoyo y particularmente a Alicia la amo, le tengo un cariño inmenso y un respeto muy grande, es un ejemplo. Hablamos de todo, del deporte, de la vida, de la organización institucional y por supuesto hablamos cosas de los equipos. Alicia cuenta experiencias de cuando ella jugaba, me quedaría horas escuchándola y Paula lo mismo, a pesar de que es joven, me transmite sus experiencias.
También tenemos buena relación con los chicos de fútsal, ellos fueron los primeros que se acercaron a vernos. Y el año que casi logramos el ascenso -2015-, nos acompañaron jugadores de básquet, así que de a poco se da esa dinámica de acompañarnos entre las disciplinas. Y lo que está pasando con el voley ahora es muy lindo, obviamente que las Lobas nos llenan de orgullo. Particularmente me encantan los partidos que dan vuelta, porque demuestran todo poderío, el carácter y la garra que tienen.
¿Cómo surge el apodo Lobizonas?
Los chicos de fútsal nos pusieron el apodo (Risas). Ellos propusieron el apodo, se hizo una encuesta y quedó ese nombre como representativo.
¿Cuánto necesita Gimnasia una cancha de sintético y el hockey, particularmente, para darle el espacio que se merece?
La cancha es necesaria para que la actividad crezca, pero también para que las jugadoras no se nos vayan. Hoy hablamos de Estefa, pero a mi también me preocupa que una jugadora de Sexta se quiera ir porque a esa edad ya hace cinco años que está con nosotros y uno sabe que tiene un potencial enorme y que si no está la cancha el año que viene se te va y eso duele un montón. La cancha representa un crecimiento económico enorme para el club porque van a llegar el doble de jugadoras, y también lógicamente, para el patrimonio de la institución. El lugar ya está, es el Bosquecito porque ese lugar nos da identidad. Identidad y comodidad, porque para las jugadoras está ubicado en un lugar estratégico: cerca del centro, cerca de Ensenada y de Berisso.
Para finalizar y hablando de la tan anhelada cancha de sintético, el sueño que hoy mantiene en vilo a todas las Lobizonas, Lucía, imaginó lo que representaría el debut en el Bosquecito, con los triperos, con sus jugadoras y en casa.
Nos quedamos a vivir ahí. Sería el comienzo de una nueva etapa. Significaría renovar nuestros sueños, yo me imagino todo el día ahí adentro, a las chicas yendo temprano con el palo y la bocha. Me imagino quedándonos después del tercer tiempo tirando cortos (Risas). Sería afianzar el sentido de pertenencia y de identidad, yo creo con la cancha realizada va a ser más fácil.
Por: Soledad Fernandez
Edición: Gisele Ferreyra
PH: Rudy Castillo
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