Matías Melluso nuevamente fue una de las figuras, el central Germán Guiffrey hizo un debut de podio, y gran partido del paraguayo Víctor Ayala que, si bien le falta ponerse a tono, mostró pinceladas de su calidad.
Pedro Troglio inició su tercer ciclo al mando del plantel Tripero, continuando con el estilo pautado por el Indio Ortíz en el final de la temporada pasada: dándole mucha prioridad a los juveniles del Lobo. Tres debuts, dos jugadores con 4 partidos en primera y, para equilibrar, los referentes, Fito, Alexis, Oreja, Licht, Coronel.
Es una obviedad que los pibes solos no pueden agarrar el fierro caliente, necesitan el apoyo de los grandes para poder sostener una campaña y eso se vio en cancha.
En el fondo, el debutante Germán Guiffrey sacó todo lo que le revolearon, hizo un partido casi perfecto en su estreno demostrando voz de mando y carácter en una posición difícil. A su izquierda, Matías Melluso sigue sumando partidos en primera y sigue acumulando elogios. Una máquina de defender, de relevar a sus compañeros con mucho criterio y velocidad a la hora de atacar (le hicieron un penal). El pibe categoría 98 ya se ganó el lateral izquierdo y el halago de la tarde de Troglio: “Melluso es una de las mejores apariciones del fútbol argentino”.
Los más experimentados hicieron su partido, Fabián Rinaudo volvió a demostrar el nivel que lo llevó a ser uno de los ídolos del pueblo tripero, haciéndose dueño del medio y dejando alma corazón y vida en cada pelota. Víctor Ayala dio destellos de su calidad y también demostró que aún le falta un tiempo de pretemporada. El paraguayo tiene una pegada única en sus pies, tanto para efectuar la pelota parada como para encontrar pases entre líneas, tal como el que derivó en el penal que le hicieron a Melluso. Si bien le falta un poquito desde lo físico, Ayala demostró que será una pieza clave de este equipo de Pedro.
¿Qué decir del Bochazo de Licht? El de Berisso entró bien, para moverse como interno por izquierda, pescó esa pelota que parecía que se perdía y la clavó en un palo. El Bochi demostró pinceladas del jugador que supo ser, cuando manejaba los hilos desde el lateral izquierdo en aquel equipo post ascenso.
Párrafo aparte para el uruguayo Santiago Silva, quedó en el ojo de la tormenta por errar ese penal cuando promediaba el primer tiempo, pero el Tanque hizo el trabajo sucio, ese que nadie ve. Se peleó con los centrales, aguantó de espaldas siempre, pivoteó, devolvió redonda y terminó defendiendo y bien la pelota parada en contra. Jugando así este Silva le va dar a más alegrías que pifies al conjunto de Pedro.
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