De no ser tenido en cuenta, a ser titular. La historia de un juvenil que era el primer cambio para un DT, quedó relegado con el nuevo entrenador y vuelve a tener la chance luego de casi seis meses. Ezequiel Bonifacio, de La Feliz a La Plata.
10 de agosto de 2014, Torneo Transición de 2014. Gimnasia y Esgrima La Plata recibía en el Estadio Ciudad de La Plata a River Plate. En el lateral derecho no estaba la melena rubio-castaña. No estaba el parecido a Kurt Cobain. Al costado de Barsottini se encontraba un pibito de las inferiores.
Ezequiel Augusto Bonifacio Moreno nació el 9 de mayo de 1994 en Mar del Plata. El sueño de jugar en la primera del fútbol argentino lo llevó a la ciudad de las diagonales. Con un poquito más de quince años comenzó a vestir la Azul y Blanca, en inferiores. Se desempeñó como volante o extremo, siempre por derecha.
La vuelta de Pedro Troglio le marcó un antes y un después a la carrera de Boni. Si bien, adelante tenía a Facundo Oreja y Cristian Piarrou, el DT le veía condiciones para que de el salto a la máxima categoría Mens Sana, sin embargo tuvo que esperar casi tres años para tener su primera chance.
Aquella noche en el Provincial, Nestór Pitana pitó el inicio del campeonato para el Lobo y las Gallinas. Bonifacio reemplazó a Oreja, quien en la última fecha del torneo anterior había llegado a la quinta amarilla.
El marplatense tuvo que esperar un año para convertir su primer gol. El 16 de agosto de 2015, en una tarde épica en el Juan Carmelo Zerillo, Boni puso el 4-2 ante Argentinos Juniors. Sí, el Lobo perdía 2-0 en el entretiempo. Las ganas, la garra, los huevos Mens Sana, junto con el empuje del pueblo tripero hicieron que los dirigidos por Pedro Troglio vayan a buscar el partido y terminaran logrando la victoria en los momentos finales, y el juvenil selló el resultado.
Si Oreja no jugaba: Bonifacio; si Licht no estaba, Oreja de 3 y Bonifacio adentro. Siempre, pero siempre, si faltaba un lateral, jugaba Boni. Ojo, si no estaba Rojas, también iba de 8. Sin embargo, en 2016, con la llegada de Gustavo Alfaro a la dirección técnica del conjunto albiazul, las posibilidades de jugar para el juvenil fueron casi nulas. Gorga o Imperiale reemplazaban a Oreja y Boni quedo relegado, siendo, en gran parte de la temporada, el capitán de la reserva.
Ante la renuncia de Alfaro, y la suspensión del 4 tripero, Ezequiel Bonifacio tiene la posibilidad de volver a vestir la Azul y Blanca. Desde el 28 de noviembre de 2016 que no jugaba en primera y, ante el mismo equipo con el que debutó, tendrá una nueva chance.
Las juveniles son gran parte del sostén económico de la institución. Él, como la mayoría de los jugadores del semillero deben tener más minutos, son los que el día de mañana le darán un colchon de dinero para afrontar los juicios pendientes. Vamos Boni!!!
Dejar una contestacion