
El arquero albiazul fue clave en la victoria de Gimnasia ante Sarmiento: atajó un penal decisivo, sostuvo al equipo en los momentos más difíciles y se llevó todos los aplausos. Una semana atrás, su lugar estaba en duda. Hoy, es símbolo de carácter y resiliencia.
En el fútbol, las respuestas más contundentes suelen darse adentro de la cancha. Y Nelson Insfrán lo demostró. En Junín, fue la gran figura del triunfo 1-0 de Gimnasia, con una actuación que combinó seguridad, temple y reflejos en momentos límite.
El arquero tuvo una semana movida: en la previa, Alejandro Orfila había evaluado reemplazarlo, y la decisión generó sorpresa y debate. Finalmente, el DT dio marcha atrás y confió nuevamente en él. La respuesta de Insfrán fue categórica: atajando un penal y dándole vida al Lobo en un partido que valía muchísimo más que tres puntos.
A los 12 minutos del segundo tiempo, con Gimnasia arriba por la mínima, Sarmiento tuvo su gran chance desde los doce pasos. Pero Insfrán adivinó la intención de Iván Morales, se estiró sobre su izquierda y desató el grito de desahogo de todo el pueblo tripero. Fue una tapada que valió un triunfo y, quizás, algo más: la confirmación de que el arco tiene dueño.
El propio jugador, al borde del llanto, dedicó el triunfo a los hinchas: “Esto es por ellos, por todo lo que bancan. La gente se lo merece”, dijo emocionado tras el final, con el alma todavía vibrando por la tensión del partido.
Insfrán no sólo atajó el penal. También respondió cada vez que Sarmiento apretó. Seguro en los centros, rápido en las salidas y con voz de mando, fue sostén de un equipo que necesitaba confianza desde atrás. Su actuación fue una muestra de carácter, en una cancha donde Gimnasia no ganaba desde hacía diez años.
Una semana que empezó con dudas terminó con certezas. Orfila recapacitó, el arquero respondió y Gimnasia ganó. En tiempos donde cada punto vale oro, la figura de Insfrán se agranda y transmite algo que se había perdido: seguridad y fe.
Porque en Junín, además de tres puntos, Gimnasia recuperó a su arquero. Y su arquero recuperó la confianza de todos.
Dejar una contestacion