El clásico 178 fue para el olvido futbolísticamente. Nada por aquí, nada por allá. Empate en cero en el Juan Carmelo con mínimas ocasiones. El Lobo tuvo más actitud, sin dudas y ella vino dada, principalmente por Facundo Oreja, puro tripa y corazón. Alderete y Bonifacio lo acompañan.
Gimnasia y Estudiantes no propusieron y como resultado: un partido chato. Pero el conjunto de Facundo Sava se plantó con más actitud, transita un proceso de reconfiguración donde si algo hay que destacar es la mejoría de la defensa donde se la puede observar más sólida y firme.
En este sentido, el rendimiento de Omar Alderete es un punto a resaltar. No sólo por haber tenido en sus pies la más clara del primer tiempo -y de todo el partido-, sino por su templanza a la hora de salir jugando, su seguridad y actitud para limpiar el fondo. Fue expulsado a los 41 del complemento.
Ezequiel Bonifacio cada partido ratifica su estabilidad. Se muestra rápido y con muy buena actitud ofensiva, todavía le falta un poco a la hora de volver, pero es de lo más regular del plantel.
Lo mejor del equipo ante Estudiantes fue, sin dudas, Facundo Oreja. El marplatense es pura garra y corazón. Mete siempre, en todas. No alcanzó, pero los clásicos se juegan así con actitud sobre todas las cosas. A Oreja, le sobra.
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