
Tras un arranque irregular y la derrota frente a San Martín de San Juan, Gimnasia enfrenta un tramo clave del campeonato. El calendario le depara cruces con rivales directos como Sarmiento y Talleres, que serán decisivos para el futuro del Lobo en Primera.
En medio de una temporada irregular, con más tropiezos que buenas rachas, Gimnasia se encuentra en plena lucha por no perder la categoría. El bochornoso paso de Diego Flores por la dirección técnica y un flojo mercado de pases comenzaron a pasar factura, y los resultados negativos colocan al Lobo en zona de riesgo en la tabla anual, peleando palmo a palmo con rivales como Talleres, San Martín de San Juan y Sarmiento.
Consciente de esta situación, Alejandro Orfila decidió agarrar el fierro caliente y ya suma seis encuentros al frente del primer equipo, con dos triunfos, tres derrotas y un empate. Tras iniciar la segunda parte de la temporada con una caída frente a Instituto, el “Chano” logró enderezar el rumbo con dos victorias consecutivas ante Independiente y Godoy Cruz de Mendoza. Sin embargo, la incertidumbre volvió a aparecer con las derrotas frente a Lanús y San Martín de San Juan el último fin de semana.
Más allá de que todavía reste la mitad del campeonato y el final parezca lejano, en Estancia Chica saben que no pueden dormirse: una combinación de resultados ajenos podría traer más de un dolor de cabeza. En este contexto, sumar de a tres se vuelve indispensable. El Lobo acumula 23 puntos en la tabla general y se encuentra por encima de Instituto, Banfield, Sarmiento, Godoy Cruz, Talleres, Aldosivi y San Martín de San Juan, que hoy estaría perdiendo la categoría.
La floja presentación en San Juan y un nivel que recordó a viejos fantasmas pudieron haber significado un golpe mucho más duro que el actual. Hoy, los dirigidos por Leandro Romagnoli son los peores del torneo, y volverse de Cuyo con las manos vacías no estaba en los planes de nadie.
El camino que le queda a Gimnasia no será sencillo: cada fecha se transforma en una final y cada punto, en una pequeña victoria que puede marcar la diferencia al final del torneo. La irregularidad mostrada hasta ahora obliga al equipo a replantearse estrategias, mejorar la concentración y sostener un nivel constante, porque cualquier tropiezo puede acercarlo peligrosamente a la zona de descenso. Alejandro Orfila sabe que no hay margen para errores y que, más allá del resultado de un solo partido, la clave estará en la regularidad y en la capacidad de sumar de manera constante. Los próximos compromisos ante Sarmiento y Talleres serán un termómetro real de las posibilidades del Lobo de mantener la categoría, y el hincha estará expectante a cada paso del equipo en este tramo decisivo de la temporada.
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