El Caco es el primer refuerzo del equipo del Indio Ortíz, si bien aún resta la rúbrica de su vínculo que será por dos años, ya se sumó a la pretemporada en Estancia Chica. Tras una semana de prácticas, dialogó con Mundo Tripero Radio.
Segunda semana de pretemporada en Abasto con Matías “Caco” García como una de las caras nuevas que se suman a los dirigidos por Ortiz para encarar lo que se viene. Luego de tres años, el cordobés volvió al Lobo y en MTRadio contó: “Me siento tranquilo, el regreso lo viví con mucha alegría y muy contento, sé que va a ser un año complicado, pero sé en qué situación está el club y también lo he vivido así que no me asusta mucho”.
Si bien trabajó una semana en el predio de Estancia Chica y pasó la revisión médica, el volante todavía no puso el gancho, pero el quitó dramatismo a la cuestión: “Está todo encaminado, faltaban unos pequeños detalles del contrato y el lunes seguramente firme”.
Y el por qué decidió volver, lo detalló el propio futbolista que siente que “le debe algo a Gimnasia y al DT. “Más allá de la propuesta económica que haya recibido uno tiene que ser agradecido, y el Indio fue muy importante en mi carrea, fue el que me trajo al club, el que me hizo debutar y nunca habíamos tenido la posibilidad de arrancar de cero los dos”, dijo y siguió: “Ahora él es el encargado de armar un plantel y ahora se le dio, cuando me llamó, al principio fue difícil desde lo económico, lo pensé bien y tenía que ser agradecido y resignar bastante dinero y con la situación en la que está hoy el país lo tuve que pensar muchísimo, porque detrás de mi persona hay un familia, tengo dos nenas. Pero decidí volver por la cuestión deportiva, por el club y por el Indio”.
Por otro lado, se refirió al rol que ocupará en el campo de juego en el nuevo armado del Lobo: “Con Darío hemos hablado y la posición que a él le gustaría que desempeñe es de interno por izquierda, nos estamos adaptando. Pero también me dio a entender que cuando me tenga que utilizar por la banda me va a usar y no tengo ningún problema”, contó.
Asimismo recordó el por qué no tienen problemas para desempeñarse en diversas posiciones: “En San Martín jugué de volante interno, después jugué por afuera con cuatro volantes, he jugado de 8, de extremo por derecha, de enganche también. Muchísimas variantes”.
Luego se metió de lleno en las sensaciones del regreso: “Mucha alegría de reencontrarme con Franco, con los empleados, sobre todo con los que trabajan en la Casona, con Lucio, Robert, Ángela, hacen un laburo que quizá no sale a la luz pero es importante lo que hacen, y saben estar dos o tres meses abajo y laburan a la par de nosotros”, y puntualizó: “Son nuestro motor porque tienen que hacer la comida, porque la Casona tiene que estar bien para nosotros, nos tienen allá arriba y uno a veces no tiene dimensión de la gente que labura en Estancia. Encontrárselos es lindo porque uno lo disfruta y ellos a nosotros nos tratan de una manera muy especial”.
Se mostró muy entusiasmado por volver a jugar en el Bosque, pero no se “enloquece”, tiene los pies sobre la tierra porque “necesitamos armar el plantel lo más rápido posible, ya que es necesario ir conociéndonos con los compañeros y con lo que pretende el Indio y saber que no podemos regalar nada, cuando más se tarde más tiempo nos quita de laburo y quizá nos juegue en contra las primeras fechas”.
Por último habló de su madurez futbolística: “La edad te dice que tenés que demostrarle a los más jóvenes las enseñanzas que los más grandes nos dejaron cuando éramos chicos”, y contó: “Algunos se ríen y ya me están diciendo que estoy cambiado, con otra mentalidad. Es verdad, uno viene tres años más grande, y a Darío me dijo que quería que sea uno de los que estén fuertes para las situaciones difíciles, con la experiencia vivida”.
“Vamos a armar un lindo plantel y pelearemos en cada partido, no va a ser fácil, estas situaciones son duras. A la gente le agradezco por siempre estar y brindar ese cariño especial”, concluyó.
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