El Lobo tiene una noche trascendental por delante, hoy define la llave 12 de la Conmebol Sudamericana 2017. A las 21:45 recibe en el Bosque al Ponte Preta de Brasil que ya había visitado en el partido de ida en Campiñas. Gimnasia se trajo lo que fue a buscar: no perdió; hoy el desafío está claro y es otro. ¡Hay que ganar!
La última vez que el Lobo ganó en una copa internacional fue hace una década, en Colombia frente a Deportivo Pasto, por Copa Libertadores. Diez años es mucho y quizá ese mismo dato haya sido un plus que aportó a la satisfacción del pueblo tripero tras el empate en el Moisés Lucarelli de Campiñas, Estado de San Pablo. ¿Por qué? No se perdió en Brasil y se define en el Juan Carmelo con la fuerza de todas las almas triperas inyectando garra y pasión.
Lo cierto es que con el diario del lunes puede decirse “se pudo haber ganado” aquel 5 de abril cuando se abría la llave 12 de la Conmebol Sudamericana edición 2017. Simplemente porque el Ponte Preta no resultó ser el ogro que, quizá en la previa se esperaba. Cualquier equipo brasileño, como es sabido, es astuto, creativo y con estilo ofensivo de juego bien marcado. Pero en la ida -y a pesar de que Gimnasia cedió en gran parte del encuentro la posesión de la pelota- el equipo dirigido por Gilson Kleina no exigió demasiado a un Alexis Martín Arias firme bajo los tres palos. Los ataques del Macaca fuero ligeros remates desde lejos.
El Lobo llegaba invicto en el torneo local, y con cinco victorias consecutivas en lo que iba del año. Si bien el equipo de Alfaro no jugaba bien, ganaba. Por eso la expectativa del pueblo tripero se acrecentaba al pensar lo que sucedería con Gimnasia una vez que se jugase bien. Equipo que gana no se toca y Gimnasia venía parando, desde la pretemporada, con un 4-2-3-1 bien marcado, con la defensa que salía de memoria: Oreja, Romero, Guanini, Licht. El mediocampo con su dueño: Fito Rinaudo y el socio de turno: Faravelli o Perdomo. El tridente más ofensivo de Carrera, Alemán como un falso enganche e Ibáñez; y arriba el nueve en firme recuperación: Mazzola.
Pero para el debut sudamericano, Alfaro tuvo que meter mano en el equipo porque el capitán Mens Sana debía cumplir una fecha de suspensión y no podía ser parte de los once. El Bochi había sido expulsado en el encuentro de vuelta del mismo certamen, pero de 2014 frente a los vecinos sin cancha. Así, el DT tuvo que mandar a Oreja de tres y meter un remplazo para Facu; el elegido fue Sebastián Gorga. Además decidió un cambio táctico: 4-4-2 con Alemán arriba, con Mazzola. Gimnasia paró con Alexis; Gorga, Romero, Guanini, Oreja; Carrera, Rinaudo, Perdomo, Ibáñez; Alemán, Mazzola. Y… equipo que gana no se toca. Se tocó y se empató. Aprobado.
El Lobo fue compacto, sólido y con una buena actuación de la defensa que tampoco tuvo mucho trabajo, aunque sí obligó al rival a ejecutar desde larga distancia. Como siempre, la voz de mando de Fito en el medio campo fue fundamental para edificar la estructura de juego. Elton, Cajá y Paraíba fueron los que más intentaron dañar al tripero ordenado y prolijo. El Lobo empujó todo el partido con un Mazzola con ganas de convertir pero sin la contundencia necesaria, con un Brahian Alemán y las pelotas paradas, pero la efectividad no apareció.
El planteo fue mutando a lo largo del partido a un 4-1-4-1 con un Alemán más retrasado en la generación de juego pero más potencia en el ataque y los desbordes. Fito, como nexo entre la defensa y la línea ofensiva. Como suele suceder con la entrada de Faravelli, el equipo encuentra claridad al darle oxígeno al juego, el Lolo entró por un Ibáñez bajo en su nivel. Alemán agotado de tanto ir y meter salió por Imperiale y ahí la elaboración de juego cayó considerablemente. El yorugua fue el motor de la ida. Matos ingresó pocos minutos pero tampoco pudo convertir.
Hoy el Lobo no viene entonado y con el pecho inflado como llegó a aquel partido hace poco más de un mes atrás. Viene de tres derrotas consecutivas y de capa caída, con la urgencia de cambiar la cara. Nada más y nada menos que frente a su gente en el partido de vuelta de la copa Sudamericana, sí.
Alfaro esperará con el mismo esquema, 4-4-2, pero esta vez puede contar con Licht quien ya cumplió la fecha de suspensión y así Oreja retornará a su posición; pero, además, prueba con dos tanques adelante, compañero de Mazzola será el pibe Contín que viene pidiendo pistas desde la pretemporada con enormes actuaciones y quien demostró jugar más cómodo en acompañado en el ataque. Ibáñez no logra levantar el nivel dejado en el torneo anterior, así que el DT decidió relegarlo y Alemán ocupará su lugar por la derecha.
Así, los once triperos son: Martín Arias; Oreja, Romero, Guanini, Licht; Carrera, Rinaudo, Perdomo, Alemán; Contín, Mazzola. Este es el equipo que esta noche a las 21:45 tiene que ganar con el empuje de su pueblo, con la garra y coraje de sus intérpretes, con la pasión exorbitante que desborda por doquier al Juan Carmelo Zerillo. Estás en tu casa, Lobo. Esta es tu noche. ¡Arriba Gimnasia!
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