De acá en adelante

Gimnasia acaba de terminar su participación en 2025 y la tristeza es total. Créanme que estamos todos igual. Duele la derrota porque era una semifinal, porque era con el rival de toda la vida y porque era una oportunidad única. Fue un partido parejo, cerrado, con pocas chances de gol para uno y otro. Estudiantes supo capitalizar un error y no perdonó. La diferencia fue la jerarquía y la experiencia: Muslera, Medina, Cetré y Palacios fueron cartas determinantes. El esfuerzo de los nuestros no alcanzó, al equipo no le dio para más.
Pero seamos justos con los jugadores y con Zaniratto: hicieron mucho más de lo que imaginábamos hace un mes y medio. Nos sacaron de la angustia del abismo y cometieron la linda y osada irresponsabilidad de ilusionarnos con el campeonato. Sí, a este equipo que se armó pensando en la permanencia y que estuvo realmente comprometido para mantener la categoría, le faltó un paso para meterse en la final del Torneo Clausura 2025. Ante esto, aplausos.
Ese camino se construyó por obra y gracia de Fernando “Lucho” Zaniratto: puso a Enzo Martinez y consolidó la dupla de centrales, le dio crédito al debutante Nico Barros Schelotto que mostró credenciales y cumplió con creces, reconvirtió a Merlini, Piedrahita, Panaro, Merlo y Franco Torres, logrando dinámica, funcionamiento y llegada al gol. Sobre todo le inculcó orden, espíritu solidario y confianza a un equipo que estaba devastado y a la deriva. Gimnasia, desde que asumió Zaniratto, tuvo compostura y compromiso. Eso se destaca y se valora. Por todo esto es que se ganó el derecho a ser ratificado en el puesto.
Ahora bien, el pueblo gimnasista debe exigir a la nueva gestión el armado de un plantel competitivo de cara al 2026. Tiene que bregar por las renovaciones de jugadores que hoy son titulares como base del próximo torneo (Enzo Martinez y Bautista Merlini, por ejemplo) e intentar la gestión de un nuevo préstamo de Renzo Giampaoli, aunque esta última patriada parece más compleja. La nueva Comisión Directiva encabezada por Carlos Anacleto debe traer “poco pero bueno” como decía Griguol, por ejemplo repatriando a Nacho Fernández y Milton Casco, sumado a un volante central, otro centrodelantero y demás posiciones a considerar. Al mismo tiempo tendrá que evitar contrataciones que tapan juveniles e implican erogaciones de dinero injustificadas, al estilo Blasi, Canto, Juan J. Pérez o Lomónaco, por citar algunos.
“¿Con qué dinero?”, preguntará alguno que quiera referir a la difícil situación económica que atraviesa hoy el Club. Por un lado evitando justamente tantas contrataciones innecesarias, evitando también firmar contratos exorbitantes en dólares para jugadores que calientan el banco de suplentes. O vendiendo mejor a nuestros futbolistas. O eligiendo mejor. En una palabra, gestionando mejor, más allá de eventuales préstamos, mutuos o aportes externos.
Será tarea y responsabilidad del nuevo Director Deportivo, Germán Brunati, hacer un correcto análisis y diagnóstico de lo que precisa el equipo y, sobre todo, ser clínico a la hora de sugerir incorporaciones que potencien lo que se tiene y lo que logró Zaniratto. Porque a su vez “Lucho” conoce a los juveniles que dirigió en la Reserva subcampeona y que asoman con optimismo y entusiasmo para ir nutriendo paulatinamente al plantel de Primera División dejando de lado, en algunos casos, contrataciones innecesarias.
Habrá que barajar y dar de nuevo, aprender de los errores y exigir en este nuevo proceso. La gente ya se expresó y no está dispuesta a seguir penando como en los últimos años. El pueblo gimnasista se merece algo mucho mejor que salvarse del descenso y debe acostumbrarse a pelear estas instancias, sea en Copa de la Liga, Copa Argentina o cualquier competencia donde nos represente el azul y el blanco. Que sea un punto de partida, Lobo.

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