Con goles de Panaro y Enzo Martínez, Gimnasia venció 2 a 1 a Unión en Santa Fe. Pegó dos veces en el primer tiempo, supo resistir en el complemento y selló su cuarta victoria consecutiva. El equipo de Zaniratto muestra identidad, orden y una confianza que va en alza. En cuartos espera Barracas Central.
El arranque fue palo y palo. Unión intentó imponer ritmo, pero el Lobo avisó de entrada que no había viajado para esperar. A los 18 minutos llegó el primer golpe: gran avance por izquierda de Piedrahíta, desborde y aparición perfecta de Manuel Panaro, que anticipó y la mandó adentro. 1-0 y la sensación de que Gimnasia había encontrado por dónde lastimar.
El envión fue inmediato. El partido siguió abierto, pero el Lobo ya jugaba con mayor claridad. Y a los 24, Enzo Martínez dio el segundo grito: definición firme en el área y 2-0 para empezar a cambiar la historia en el 15 de Abril. Desde allí, Gimnasia manejó los tiempos, ganó duelos y mostró solidez para cerrar un primer tiempo de autoridad.
En el complemento Unión salió a jugarse todo. A los 8 minutos Tarragona encontró el descuento y encendió la reacción local. Hubo centros, empuje y alguna situación clara, pero el equipo de Zaniratto no se desordenó. En los momentos calientes apareció la estructura, el retroceso y el compromiso del equipo.
Los ingresos también ayudaron. Merlo entró con decisión, generó peligro y se combinó bien con Nicolás Barros Schelotto, que volvió a mostrar energía y audacia en cada intervención. El Lobo resistió, contragolpeó y sostuvo el resultado con madurez.
Al terminar el partido, Barros Schelotto lo resumió mejor que nadie: “La victoria en River nos dio mucha confianza y seguridad. Cuatro victorias seguidas es un orgullo, como lo es ser parte de este equipo. Tengo mucha alegría, soñé mucho jugar en Gimnasia”.
Gimnasia ganó otra vez. Ganó jugando, ganando duelos, mostrando orden y dejando en claro que la mano de Zaniratto se nota: un equipo firme, concentrado y con ambición. El Lobo está en cuartos. Y está con otra cara.
Ahora se viene Barracas Central, en un duelo que promete. Pero con esta actitud, este envión y esta identidad, el Lobo llega más vivo que nunca.
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