Complicadísimo

PH: Javier Genoni

Otra vez Gimnasia dejó pasar puntos vitales en su lucha por mantener la categoría. Central golpeó de entrada y el Lobo no pudo darlo vuelta, jugó un mal partido y se hunde cada vez más. Fue 1-0 y preocupación absoluta. ¿Y ahora?

Una larga agonía parece estar atravesando Gimnasia hace varios partidos. Inconscientemente, se trató de una moralidad compartida al inició del 2020 la idea de, “esto va a ser muy largo”. La caída, digo. Como que en el fondo todos sabíamos y estábamos dispuestos a disfrutar de la estadía de Maradona con la pasión del hincha como protagonista y el condimento de la ilusión que de a ratos decidimos sacar del freezer.

Al comienzo del año, el Lobo pareció mostrar otra cara y hasta algunos le echaron la culpa a la suerte, a las malas energías continuadas. Tres empates seguidos impulsaban esta sensación escondida detrás del caparazón. Es que la fe siempre está. Pero llegó la derrota, la primera del año. Frente al equipo que se mira con recelo luego de la daga de Mendoza, por la polémica de la última semana alrededor del técnico tripero y la del ex Gimnasia, Fabián Rinaudo.

El Lobo no tuvo reacción en el Gigante de Arroyito, no tuvo ideas y jugó un partido malo frente a un rival que propuso poco y con menos se quedó con los tres puntos que cotizaban en bolsa. Había que ganar, no se hizo y preocupa absolutamente luego de los triunfos de los rivales directos, Aldosivi y Patronato. Por suerte Colón empató, aunque está a 9 unidades.

El cuerpo técnico optó por la inclusión de Brahian Alemán para aportar en materia ofensiva, pero no fue la solución. De ninguna manera. Se lo notó fuera de ritmo, lento y errático. Quedó la sensación de que no era el momento para que el uruguayo jugara la totalidad de los minutos. La banda derecha pareció un metrobús en la primera parte.

En consecuencia, la salida táctica a último momento de Eric Ramírez –que venía siendo de las partidas- se hizo sentir y hasta se lamentó. En su lugar ingresó Maxi Cuadra que tampoco tuvo un buen partido.

A la hora de los cambios las cosas no mejoraron, porque pese a que el punto más bajo era para Brahian, en primer lugar salió Pérez García que estuvo desconectado todo el partido, y por supuesto, no se entendió con Alemán. Paradela ingresó en su lugar.

Más adelante, en el complemento, cuando era el momento indicado para que Gimnasia golpeara ante el desinfle del local, cambio de nueve por nueve. Pero quien ingresó fue el debutante futbolista categoría 2000, Sebastián Cocimano, en lugar de Contín. Todo el peso sobre el pibe, porque… quizá con los dos la presión era repartida, y las chances doblaban. O a lo mejor, el cambio resultaba menos llamativo –con resultado adverso- si el que ingresaba era un jugador con experiencia. No era un buen momento para el goleador de la reserva.

Finalmente, el cartel luminoso advierte el ingreso de Tijanovich, pero no por el uruguayo que ya se lo notaba exhausto, sino por quien estaba siendo de lo mejor, con poco, en el manejo de la pelota: el Caco García.

Por supuesto es fútbol y absolutamente subjetivo, pero sin dudas llamo poderosamente la atención que Ramirez no fuera ni al banco, y que se haya mantenido lo que, se veía, andaba funcionando mal.

Los de Maradona no le encontraron la vuelta y parece repetitivo, pero es real, ahora hay que pensar en Independiente sabiendo que una nueva derrota –y hasta un empate ya- sería una catapulta a la Primera Nacional.

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