Te echan un jugador sin razón, inclinan la cancha, no te sobreponés y caes. Así fue, el Lobo perdió 1-0 ante Estudiantes en el Estadio Ciudad de La Plata. Vergonzosa actuación de Germán Delfino que dejó con uno menos a Gimnasia tras la injusta expulsión de Lorenzo Faravelli y condicionó todo el partido.
No pudo ser. Ni la caravana de aliento tripera para la salida del micro del plantel en Estancia Chica, ni el apoyo en cada casa desperdigada por toda la ciudad sirvieron para contrarrestar la impunidad del árbitro Germán Delfino para expulsar injustamente a Lorenzo Faravelli a los 28 minutos del primer tiempo, lo que condicionó absolutamente el encuentro. Minutos después, el DT afuera también. Decisión del “juez”, claro.
A partir de ahí fue cuesta arriba para el equipo del Indio Ortiz que había empezado bien el clásico número 179.
No fue la primera vez, Delfino ya había expulsado injustamente en una jugada que desató la polémica ante Godoy Cruz en el Bosque por la fecha 8 de la Superliga.
Y así es más difícil, claro. Nosotros con 10, ellos con 12. Le costó a Gimnasia remontar el partido que iba perdiendo desde el minuto 43, que sintió duro la salida del volante y no pudo acomodarse en lo que restó de partido. Sumado a tres cambios que no funcionaron de ninguna manera, se hizo la noche y el Lobo pasó a depender de la pelota parada.
La quieta que tampoco jugó a nuestro favor, solo una fue clara luego de un tiro libre ejecutado por el paraguayo Victor Ayala que terminó al lado del palo de Andújar.
A los 48 del segundo tiempo, el protagonista de a noche le muestra la tarjeta roja a Alexis Martín Arias por un pelotazo que consideró dirigido hacia su personas.
Los once fueron Alexis Martín Arias; Facundo Oreja, Maximiliano Coronel, Gonzalo Piovi, Lucas Licht; Maximiliano Comba, Víctor Ayala, Lorenzo Faravelli, Jesús Vargas; Jan Hurtado, Santiago Silva.
Ingresaron Tijanovich, Monti y Melluso, por Vargas, Hurtado y Comba, respectivamente.
Si bien el árbitro metió la cola, no es una locura exigir a nuestros dirigentes un ajuste de clavijas para que nadie nunca más ejerza su poder de manera corrupta y parcial, no es descabellado exigirles a los futbolistas que se planten ante una situación adversa y que muestren los dientes ante el rival de toda la vida cada vez, siempre que toque.
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