
En medio de un presente crítico y con un plantel sin referentes, Alan Ruiz alzó la voz desde Portugal. Se ofreció para volver y espera el llamado de la dirigencia, mientras desde el club analizan si su regreso puede ser una opción viable.
Gimnasia volvió a pisar el Bosque después de dos meses y el nivel fue bajísimo. El equipo que ahora conduce Alejandro Orfila cayó frente a Instituto por la mínima y sigue acumulando frustraciones. Lejos de que el parate sirviera para ordenar las cosas, el Lobo no hizo más que acercarse un poco más al abismo y dejar al hincha con un sinfín de preocupaciones, justo cuando la expectativa era encontrarse con una imagen, al menos, distinta.
Con la calculadora en la mano y espiando de reojo los resultados de los equipos que comparten la zona baja en las distintas tablas del fútbol argentino, así comenzó la segunda parte del año para Gimnasia. La desazón es total y el hincha ya no tiene de dónde agarrarse: no hay en el plantel un futbolista del que se espere una solución ni tampoco está en los planes de los dirigentes salir al mercado para cubrir esa falencia. A quien no llamaron —y está pidiendo desesperadamente volver— es a Alan Ruiz. El volante surgido de Estancia Chica dejó clara su intención en redes sociales y espera con ansias el contacto con Mariano Messera para sumarse e intentar sacar al equipo adelante.
Nacido en La Plata el 19 de agosto de 1993, Alan llegó al Lobo en 2007 con edad de novena división. Cuatro años más tarde, y de la mano de Hernán Darío Ortiz, hizo su debut en Primera, etapa que duraría poco más de un año con 31 presentaciones. Desde entonces, el volante construyó una carrera nómade, con pasos por diferentes clubes del mundo, y actualmente milita en el Estrela da Amadora de la Primera División de Portugal.
Formado en la casa y sin mayores pretensiones, Ruiz sigue de cerca la situación del club y se siente capacitado para ponerse la camiseta en este momento. A través de sus redes lo viene expresando, y este último fin de semana fue más contundente: tras la caída ante la Gloria del sábado, subió a su historia de Instagram el mensaje “¿Qué estás esperando, MC?” acompañado por el emoji de un teléfono, en clara alusión a Mariano Cowen.

El nombre de Alan Ruiz divide opiniones, pero en este contexto tan delicado cualquier refuerzo con sentido de pertenencia y algo de jerarquía puede significar un aporte importante. Conoce el club, no le pesa la camiseta y está dispuesto a involucrarse cuando la mayoría elige mirar para otro lado. En un momento donde las respuestas escasean, su deseo de volver puede representar, al menos, una señal de compromiso en medio del desconcierto.
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