El Lobo cayó 4 a 1 con Atlético Tucumán en lo que fue la reanudación de la Superliga. Frente a un rival de gran funcionamiento, el equipo de Pedro Troglio no hizo pie en todo el encuentro, fue muy impreciso y errático, falló en defensa y no tuvo peso en ataque. En el medio, un polémico penal para el rival que cambió por gol. No le salió una.
No era la manera de comenzar la segunda parte del torneo. El Lobo llegaba a Tucumán con la necesidad absoluta de iniciar sumando para inyectarse para los nueve partidos que quedan y que tendrá que apretar los dientes y afinar el juego para acumular la mayor cantidad de puntos.
Fue 4 a 1 abajo en el estadio José Fierro frente al gran equipo de Zielinski que, no es un dato menor (tampoco justificativo), se plantó, funcionó de manera correcta y manejó todas las líneas a su antojo. Claro, porque del otro lado, Gimnasia no hizo demasiado: no conectó ideas, se lo notó desconcentrado y desconcertado. Eso que no se negocia, la entrega y la actitud, no estuvo en tierras tucumanas. Es por eso que a partir de ahora el margen de error es menor. Quedan nueve partidos fundamentales y un partido como el de hoy no puede repetirse.
Preocupa el funcionamiento defensivo. Preocupa la falta de generación. Pero, sin dudas, lo que más preocupa es la floja puesta. No era como había que comenzar.
Alexis Martín Arias; Víctor Ayala, Manuel Guanini, Gonzalo Piovi, Germán Guiffrey; Lorenzo Faravelli, Franco Mussis, Lucas Licht; Maximiliano Comba, Santiago Silva, Horacio Tijanovich. Fueron los once, y en el banco: Sebastián Moyano, Facundo Oreja, Maximiliano Coronel, Hernán Tifner, Matías Gómez, Patricio Monti y Gianluca Simeone.
Apenas a los 13 minutos del encuentro Gimnasia perdía 2 a 0. Un piedrazo en la nuca y difícil remontar. Sin embargo llega el gol de Faravelli a los 35 minutos, pero enseguida el rival marcó el tercero y a vestuarios.
El segundo tiempo se hizo largo y no es un dato menor. Corto hubiese sido si los triperos se proponían dar vuelta la cosa y el tiempo apremiaba. No fue así y hasta por momentos pareció que el resultado a favor del local podría abultarse más de lo que fue: 4 a 1 final. El último tanto de los tucumanos llegó por un penal que no fue. Pero no es excusa.
Flojo atrás. Desconexión absoluta. Hasta Alexis tuvo una tarde para el olvido. Lo de hoy no sirve para lo que viene. A trabajar y a pensar en Tigre de inmediato.
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