Echenique, uste’ merece la expulsión

El colegiado tuvo un arbitraje para el olvido. Repartió amonestaciones por doquier, la mayoría mal aplicadas. No cobró un penal claro ni echó a Pinola en el primer tiempo. En el segundo, expulsó a Ruben pero tuvo dudas en todas sus decisiones. Nunca llevó bien las riendas del partido y redondeó una pésima actuación.

Cada fin de semana, cada fecha, cada partido y en cada cancha, el arbitraje argentino está en el foco de la tormenta. En otras épocas era por sus aciertos arbitrarios pero hace varios años que es señalado por sus malas actuaciones. Aunque en muchos casos de los de primera división, los colegiados alteran buenos partidos, regulares y malos, hay ciertos que parecen tener decisiones arbitrales a favor de dependiendo del partido en cuestión.

Podés levantarte con el pie izquierdo y no tener el mejor de los días pero no podes obviar lo obvio. Un penal que lo vieron treinta mil personas o un foul para roja directa o amarilla, no cobrarlo para no tener que ponerle la segunda amarilla. Eso es falta de personalidad. Por ello, a muchos le queda grande la primera división del fútbol argentino.

No es la primera vez que Fernando Echenique está señalado con el dedo por su mal arbitraje. Errores, errores y más horrores. Más allá de las jugadas puntuales, el referí nunca pudo llevar adelante el encuentro. Cabe destacar que en el primer tiempo, justamente por no tener cortas las riendas del partido, Brahian Aleman quedó cara a cara con Javier Pinola durante varios minutos. La situación no pasó a mayores por decisión de los jugadores porque Echenique decidió continuar con el juego. Uno de los pocos aciertos fue amonestar a ambos, aunque fue uno de los únicos.

Diez amarillas. Seis para los triperos, cuatro para los canallas. La mayoría por faltitas. Una expulsión dudosa. ¿Tiene intención Ruben de pisar a Romero? Es una jugada rápida y queda a interpretación del referí, sin embargo, el capitán Guerrero parece no querer pisar al zaguero Mens Sana. ¿Entonces por qué no lo expulsa? Porque en el primer tiempo no echó a Pinola, por consiguiente, quiso compensar al Lobo. Aunque, el foul no cobrado a Pinola era penal y le hubiera dado el segundo gol al conjunto de Alfaro. El arbitraje no se trata de compensar injusticias, sino que está para impartir justicia.

Más allá de las tarjetas o el penal no cobrado, nunca tuvo una coherencia en sus decisiones. Para un lado era foul y para el otro, la mínima jugada no era nada. En la primera etapa, acorraló más al Lobo que yacía tirado atrás. En el segundo, decidió que el partido sea un fútbol mancha. 

Ojo, Gimnasia no perdió por el arbitraje de Echenique. No es, ni debe ser una excusa. Gimnasia jugó mal y cayó porque mereció caer. Pero sí, el referí del partido tuvo un papel fundamental para que el Lobo no tenga la cuota de suerte necesaria para seguir siendo empujado por la cola del ciclón, que lo depositó en Rosario invicto y no pudo sostenerlo.

Por Lucas Bolosín

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