Hoy hace 14 años, se generaba un símbolo en la representación de la rivalidad contra la vereda de enfrente. Un día como hoy, un grupo de hinchas de Caperucita rompía los alambrados de su propio estadio para concluir un partido que había empezado de buena manera para ellos, y estaba terminando con paliza mens sana. Es cierto que al fin y al cabo somos personas, que según la tradición tomamos unos u otros colores. Pero claramente hay diferencias. No quiero hacer alarde demasiado sobre el carácter reaccionario que en general se toma en el fútbol en cuanto a esas diferencias, sino rescatarlas, solamente, para reivindicarnos en contraposición a rasgos de nuestros vecinos.
Gimnasia es un club que reivindica su identidad. Puede verse esto o no en la comisión directiva de turno, pero el pueblo tripero se moviliza por la defensa de sus cosas, de su patrimonio. Gimnasia es Bosque. Gimnasia no admite jugar en un lugar alquilado para beneficio de unos pocos, porque queremos reivindicar nuestras cosas, como dije antes.
Gimnasia también defiende sus colores. El azul y el blanco, plasmados en el Estatuto. Nunca haríamos una camiseta gris para representarnos. ¿Qué nivel de alegría puede generar ir a ver a tu equipo con una camiseta gris? En serio. Por eso, en esta etapa que estamos pasando en donde los spónsors no ocupan la sagrada franja de la camiseta gimnasista, puede verse la bandera tripa hecha camiseta. Eso tiene que pervivir en la tradición, para siempre. Por los siglos de los siglos, Gimnasia es azul y blanco. Nunca gris.
Otro rasgo notoriamente diferente es el nombre de nuestro vigente estadio por ejemplo. Es casi un hecho que el futuro estadio de los primos se llamará «DirecTV». ¿Es eso algo digno? Realmente que nuestra cancha lleve el nombre «Juan Carmelo Zerillo» en honor a nuestro trigésimo tercer presidente es algo mucho más correspondido con nuestra historia y con nuestro espíritu. Como lo ha ratificado en la pasada asamblea extraordinaria, Gimnasia no se vende a las empresas. Nunca. Gimnasia es identidad y por eso se lucha. Por los antepasados y los que vendrán.
Por último, nombrar algo que no hace falta recordar en sí porque es algo impregnado en el conocimiento popular platense. Ellos salieron de nosotros. Ellos se diferenciaron para crear una identidad insensata en el mundo entero. Se distanciaron del club social representativo de la ciudad, que por cierto lleva el nombre mismo de la urbe (Club de Gimnasia y Esgrima LA PLATA). Nosotros expulsamos una parte enferma de nuestra propia creación, y así se fundaron ellos. Por eso cualquier tipo de debate tiene que tomarse con pinzas. Porque en Gimnasia está el origen, y allí persiste. Para ser la bandera de la ciudad de las diagonales con honradez. Sin trampa. Sin mentiras. Siendo primero un club social, y luego un club deportivo.
Dejemos que hablen, mientras sepamos quiénes somos. Sin esas trampas quizás el camino sea más lento. Pero si el triperío se une, triunfará. En nuestro Bosque. Azul y blanco. Con nuestra identidad, sin venderse. Para siempre. Eso somos.
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