El Lobo juega desde las 17 ante Barracas Central, con la ilusión potenciada y la chance de meterse entre los cuatro mejores del torneo.
Gimnasia llega a este duelo en un momento futbolístico que pocos imaginaban hace apenas semanas. El equipo de Fernando Zaniratto, que hasta no hace mucho peleaba por sostener la categoría, encadenó una seguidilla de rendimientos sólidos que le permitió no solo escapar del descenso, sino también clasificarse a los playoffs y dejar una gran imagen en el triunfo ante Unión en Santa Fe.
El Lobo sabe que la clave estará en repetir la intensidad del último partido, sostener la firmeza que mostró en la recta final del torneo y aprovechar las transiciones rápidas, uno de los puntos fuertes que consolidó en esta remontada. Con un mediocampo que recuperó orden y dinámica, el equipo llega con confianza, convencido de que si impone su ritmo puede controlar el desarrollo.
Cabe destacar que Alejandro Piedrahíta quedó descartado a último momento por una contractura en el isquiotibial. El colombiano, que había sido titular ante Unión pero venía arrastrando molestias desde hace semanas, no estará entre los convocados y ni siquiera podrá ocupar un lugar en el banco. Su ausencia obliga a Fernando Zaniratto a mover piezas y sostener como titular a Jeremías Merlo, el juvenil de Los Hornos que ya había respondido bien en los últimos partidos. De este modo, el Lobo realizará una sola variante respecto del equipo que avanzó a cuartos.
Entre la tensión propia de un cuartos de final, el impulso anímico del vestuario es evidente. Para Gimnasia, ganar hoy significa seguir afirmando una transformación que empezó en silencio y terminó en una campaña de carácter. La recompensa no es menor: de ganar se meterá en semifinales y podría encontrarse con el clásico rival. Pero para eso, primero está Barracas. Y el Lobo va convencido de que este equipo, que renació desde lo futbolístico, tiene con qué seguir soñando.

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