
Renzo Giampaoli pasó de estar cerca de irse a convertirse en titular indiscutido. A base de firmeza y regularidad, se ganó su lugar y hoy le disputa mano a mano el puesto a Germán Conti, en una defensa que empieza a mostrar solidez y respuestas.
Renzo Giampaoli fue otro de los puntos altos en la victoria de Gimnasia frente a Independiente en el Bosque. Al lado de Gastón Suso, el central surgido en Boca coronó otra gran presentación, mostrando firmeza en los cruces, solidez en el juego aéreo y una lectura de partido que lo vuelve cada vez más confiable. Con perfil bajo pero rendimiento sostenido, le compite cabeza a cabeza a Germán Conti, quien llegó al Lobo con el objetivo de sumar rodaje y minutos.
En un equipo que necesitaba recuperar la seguridad defensiva, Giampaoli viene ganándose su lugar con actuaciones contundentes y sin errores groseros, lo que le permite sostenerse en el once inicial a base de mérito propio. Su crecimiento es visible partido a partido, y junto a Suso comienzan a formar una dupla que transmite seguridad. La presencia de Conti eleva la competencia interna, pero lejos de bajar el nivel, Renzo responde con personalidad y jerarquía, y se transforma en una pieza clave en la última línea de Orfila.
Siendo el primer suplente de Leonardo Morales y Gastón Suso, Renzo Giampaoli confesó en la previa al choque con San Lorenzo que llegó a pensar en dejar el club por la falta de minutos. El ex Quilmes y Defensor Sporting incluso dialogó con su representante para analizar la posibilidad de buscar nuevos horizontes, ante un panorama que parecía cerrado. Sin embargo, la salida del “Yacaré” Morales a Belgrano le abrió una puerta inesperada, y Giampaoli no dudó en aprovecharla.
Con el respaldo de Alejandro Orfila, comenzó el Torneo Clausura como titular, compartiendo la zaga con Gastón Suso, y desde entonces no soltó más el puesto. Su rendimiento sostenido, el orden táctico y la solidez defensiva lo posicionaron rápidamente como una de las gratas sorpresas del semestre. Si bien desde la dirigencia decidieron incorporar a Germán Conti para reforzar la última línea, Renzo responde partido a partido con personalidad, concentración y firmeza, dejando en claro que quiere ser parte del proyecto y no piensa regalar su lugar.
Lejos de relajarse, Giampaoli demuestra que la competencia interna potencia su nivel y que Conti no la tendrá fácil en la pelea por la zaga central. Su presente lo respalda, y su deseo de quedarse y pelearla en el Lobo lo convierte en uno de los nombres propios más destacados en esta etapa de reconstrucción.
Hoy, su presente lo encuentra en plena consolidación, rindiendo en alto nivel y sosteniendo una defensa que necesitaba respuestas urgentes. Lejos de sentirse cómodo, acepta la competencia con Conti como un estímulo, sabiendo que cada partido es una nueva prueba para sostener su lugar. Con actitud, solidez y constancia, Giampaoli se ganó su espacio y empieza a escribir su propio capítulo en este nuevo Gimnasia que busca identidad y estabilidad desde el fondo.
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