
Con apenas 18 años, Jeremías Merlo repitió en la formación titular ante San Lorenzo y dejó buenas sensaciones. El joven delantero tripero encontró espacios para aprovechar con su velocidad y se perfila como una pieza fundamental en la idea de Alejandro Orfila.
Gimnasia consiguió su primer punto en el Torneo Clausura tras igualar 0 a 0 frente a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, y mostró una versión más sólida respecto al flojo debut ante Instituto en el Bosque. El equipo de Alejandro Orfila logró tomar la iniciativa por momentos y, si bien todavía hay aspectos por corregir, entregó algunas respuestas que los hinchas esperaban.
Ante la baja de Alejandro Piedrahita por lesión en la recta final de la pretemporada, el cuerpo técnico apostó por Jeremías Merlo. Si bien el juvenil ya había sumado una buena cantidad de minutos con Marcelo Méndez, Orfila lo mandó de arranque en el primer partido frente a la Gloria y lo volvió a ratificar el último sábado en la visita al Ciclón.
La frustrada vuelta al Bosque había dejado una imagen preocupante. Al equipo no le salió nada, se vio superado en todas las líneas y no encontró respuestas ante un contexto adverso. Aunque Maximiliano Zalazar mostró algunas intenciones, el funcionamiento fue opaco. En ese marco, Merlo tuvo escasa participación: tocó pocas pelotas, se aproximó al área rival en alguna ocasión, pero no encontró espacios para explotar su velocidad ni su capacidad de desequilibrio.
El empate ante San Lorenzo, sin embargo, tuvo un desarrollo completamente distinto al del debut. El equipo local no mostró su mejor versión y Gimnasia lo supo aprovechar. Esa falta de solidez le permitió al Lobo asentarse en el partido, ganar confianza con el correr de los minutos y animarse a disputar el encuentro de igual a igual. Los dirigidos por Alejandro Orfila encontraron espacios entre los defensores azulgranas, especialmente por los costados, y comenzaron a llegar con algo más de profundidad. En ese contexto, Jeremías Merlo logró soltarse de a poco. Si bien inició el partido con cierta cautela, sin tomar demasiados riesgos, su participación fue creciendo con cada intervención. Se mostró más activo en ataque, pidió la pelota, encaró con decisión y terminó siendo una de las piezas más dinámicas en el tramo final del segundo tiempo, aportando movilidad, intensidad y frescura en los últimos metros.
Nacido en Los Hornos, Merlo es una de las grandes promesas del club y, con tan solo 18 años, comienza a transitar sus primeros pasos en la Primera División. Tiene talento, carácter y un futuro enorme por delante. Sin embargo, más allá del aporte que hoy pueda hacer desde lo futbolístico, será clave que el cuerpo técnico lo lleve de a poco, sin apurarlo ni saltarse etapas. Gimnasia necesita referentes, pero también cuidar a sus proyectos
Dejar una contestacion