En la derrota ante Instituto, Nelson Insfrán fue clave para que el resultado no fuera aún más duro. Con varias atajadas decisivas, el arquero sostuvo al equipo y se convirtió en el único aplaudido trás el partido.
Gimnasia jugó mal, repitió errores y cayó ante Instituto en el Bosque por 1 a 0. La vuelta del Lobo no fue la esperada por los hinchas y el equipo estuvo lejos de cumplir con las expectativas, salvo Nelson Insfrán. El arquero fue fundamental para evitar un resultado mucho más abultado: se quedó con tres disparos a quemarropa y fue el único que se retiró de la cancha siendo aplaudido por el hincha.
El Lobo saltó al campo de juego como si no hubiese existido una pretemporada, igual que en el último tramo del Apertura. Los futbolistas estuvieron faltos de reacción y se vieron sobrepasados por un rival que llegó a La Plata decidido a llevarse los tres puntos. Los dirigidos por Daniel Oldrá se encontraron con un mediocampo endeble, al que lograron vulnerar con demasiada facilidad, quedando mano a mano con una defensa tripera que tampoco ofrecía demasiada oposición.
Más allá de que Álex Luna logró vulnerar su arco casi al final del primer tiempo, el Mono quedó mano a mano en varias oportunidades y logró resolver utilizando distintas partes del cuerpo. El arquero nacido en Formosa hoy es la tapa del póster en Gimnasia. Cumplió con creces en la primera parte del año y, en la noche de este sábado, volvió a ponerse el traje de salvador.
En un contexto lleno de dudas, rendimientos bajos y una estructura colectiva que no da respuestas, Nelson Insfrán se sostiene como el único punto alto de un equipo que parece seguir a la deriva. Su actuación no solo fue clave para evitar una derrota más dura, sino que también representa un símbolo de resistencia dentro de un plantel que todavía no encuentra el rumbo. Mientras el resto aún busca estar a la altura, el Mono responde cada vez que le toca y demuestra que, al menos bajo los tres palos, Gimnasia tiene en quién confiar.
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