
En medio de un proceso de renovación, Gastón Suso se perfila como el encargado de sostener la defensa y reemplazar a Leonardo Morales en el fondo. Su experiencia y liderazgo serán fundamentales en un semestre donde se peleará por la permanencia y no hay margen de error.
Más allá de que su rendimiento en las últimas presentaciones decayó junto con el plantel en general, Leonardo Morales fue en Gimnasia un futbolista que representó al hincha casi desde su llegada. Desde aquellos primeros partidos como lateral derecho en 2019, hasta su consolidación como central con Néstor Gorosito en 2023, el Yacaré mostró sentido de pertenencia y compromiso. Su salida del club dejará un hueco difícil de cubrir, y uno de los que deberá asumir la voz de mando es Gastón Suso.
Luego de una gran temporada en Platense y con las valijas hechas para partir al Deportivo Táchira de Venezuela, el Lobo hizo un intento y logró sumar al defensor del Calamar. El nacido en Arrufó, Santa Fe, fue el primer refuerzo de Gimnasia en el mercado de pases de verano, y su llegada respondió a la salida de Yonathan Cabral, quien debió regresar a Atlético Tucumán tras finalizar su préstamo en La Plata. El peso de su experiencia en Primera División lo colocó de inmediato en el equipo titular, y si bien le costó al comienzo, enseguida se acopló al funcionamiento defensivo general.
Sus 128 partidos en Vicente López lo dotaron de una madurez propia, que hoy lo posiciona como el llamado a tomar las riendas de la defensa tras la salida del ex Santamarina de Tandil. Junto a Juan Pintado y Pedro Silva Torrejón, construyó una base sólida, con expectativas de cara a lo que viene y la responsabilidad de adaptar rápidamente al central que llegue para ocupar el puesto vacante. Con pasos por Arsenal de Sarandí, Atlético Rafaela y Godoy Cruz, entre otros, Suso parece ser el indicado para llevar la bandera. Su estadía en el Bosque ya suma 16 partidos, y participó en la mayoría de los encuentros desde su llegada.
Con el regreso de la competencia a la vuelta de la esquina, el desafío para Gastón Suso será doble: rendir en lo futbolístico y asumir un rol de liderazgo en una defensa que perdió a su referente natural. La partida de Morales no solo deja un espacio físico en la zaga, sino también un vacío en cuanto a voz, experiencia y conducción. En un plantel que atraviesa un proceso de reconstrucción, el ex Platense tendrá la responsabilidad de ordenar desde el fondo, acompañar a los más jóvenes y sostener la estructura en momentos clave. Orfila confía en su presencia y jerarquía para afrontar un semestre exigente, donde cada punto será vital y el margen de error muy pequeño. Consolidarse como pilar del equipo y referente en el vestuario será su gran objetivo en esta nueva etapa en el Bosque.
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