¿Qué pasa con De Blasis?

El experimentado mediocampista perdió terreno y no está entre los elegidos de Orfila. Con pocos minutos en los amistosos de pretemporada, enfrenta el desafío de volver a ganarse un lugar en un contexto que ya no lo tiene como protagonista.

Después de más de diez años en el fútbol europeo, Pablo De Blasis decidió volver a Gimnasia para disputar sus últimos años como profesional en el club que lo vio nacer. Junto a Lucas “Pata” Castro, se sumó a mediados de 2023 para reforzar al equipo de Sebastián Romero, compuesto en gran parte por juveniles. Sin embargo, fue con Leonardo Madelón cuando asumió mayor protagonismo dentro del plantel. Titular en el desempate frente a Colón en Rosario, formó parte de la lucha por la permanencia.

El triunfo ante el Sabalero llevó a que la dirigencia ratificara a Madelón en su cargo, una decisión que con el tiempo demostró ser equivocada. El DT llenó el plantel con refuerzos sin nivel, sin presente y lejos de aportar un salto de calidad. Ante ese panorama, De Blasis asumió la responsabilidad de ser el conductor de juego y se ganó la complicidad del hincha. En medio de planteos mezquinos, Madelón renunció y llegó Marcelo Méndez.

El cambio de actitud fue inmediato y la hinchada encontró en Méndez el líder que tanto esperaba. Una de las claves del buen momento fue Pablo De Blasis, que como enganche fue el cerebro del equipo y el generador de juego. Sin embargo, la crisis económica obligó a la dirigencia a desprenderse de jugadores en gran nivel, lo que atentó contra el proyecto del uruguayo. El parate por Copa América y la falta de gestión dirigencial terminaron por estancar la levantada.

En los últimos meses de 2024, Gimnasia peleó por un lugar en las copas internacionales, pero dejó pasar resultados clave y fue eliminado por Boca en Copa Argentina. Entre lesiones y el paso del tiempo, De Blasis fue perdiendo protagonismo, y cuando le tocaba jugar, ya no era tan determinante como al principio.

En el inicio de 2025, renovó su contrato por una temporada más y comenzó la pretemporada bajo el mando de Méndez. Pero el equipo perdió sus tres primeros partidos oficiales, lo que derivó en la renuncia del entrenador. Las críticas no tardaron en llegar y, más allá del repudio generalizado, un sector de la hinchada apuntó directamente a los jugadores más experimentados, con De Blasis en el centro de las críticas.

A pesar de su mal momento, Diego Flores lo respaldó como referente y volvió a ponerlo en escena. Sin embargo, su rendimiento fue muy bajo, no logró estar a la altura y terminó la primera parte del año envuelto en cuestionamientos.

Con la llegada de Alejandro Orfila, comenzó una nueva etapa de preparación. El ex DT de Barracas Central dirigió las primeras prácticas y, ya en los amistosos, no incluyó a De Blasis ni siquiera entre los suplentes. Una señal clara: ya no es «la figura del equipo». Ahora, Pablo deberá empezar de abajo y hacer méritos para volver a ganarse un lugar en la consideración del cuerpo técnico.

El futuro de Pablo De Blasis en Gimnasia es por ahora incierto. A sus 37 años, el referente que volvió para cerrar su carrera en el club que lo formó, hoy se encuentra lejos de aquel rol protagónico que supo tener. La llegada de Orfila marcó un cambio de ciclo con una clara apuesta a la renovación, y su ausencia incluso en los equipos suplentes es una señal contundente. En un contexto de exigencias, recambio y resultados inmediatos, el ex Eibar deberá reinventarse, mostrar actitud y ganarse su lugar desde abajo. El camino no será fácil, pero su experiencia y vínculo con el club todavía le dan crédito.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*