
El Lobo sigue sin encontrar dueño para la mitad de la cancha y acelera la búsqueda de un cinco. Entre nombres conocidos por Orfila y negociaciones que se caen, la dirigencia apunta a cerrar un refuerzo que llegue para jugar y no para esperar.
Más allá del presente de Facundo Di Biasi y la proyección de un joven de apenas 19 años, Gimnasia sigue en la búsqueda de un volante central que refuerce la mitad de la cancha. El fallido paso de Martín Fernández, la nula continuidad de Augusto Max y el escaso presente de Leandro Mamut obligaron a la dirigencia a salir al mercado en busca de un jugador que raspe y recupere la pelota en el mediocampo. Durante los ciclos de Marcelo Méndez y Diego Flores se apostó por la improvisación con futbolistas de juego como Nicolás Garayalde, Pablo De Blasis o Lucas Castro, pero ninguno logró afianzarse en esa función.
Con la posibilidad de buscar afuera la pieza que falta, Alejandro Orfila no lo dudó. En su lista de prioridades aparecieron nombres como Fernando Juárez (Platense), Siro Rosané (Barracas Central), Mateo Seoane (Vélez) y la opción de Rodrigo Saravia, quien en su momento estuvo cerca de volver a ponerse la del Lobo. La imperiosa necesidad de sumar puntos que alejen al equipo de la zona de descenso hace que esta vez los dirigentes presten especial atención a cada uno de los apuntados.
El arribo de apuestas que nunca funcionaron y la escasa participación de algunos refuerzos anteriores provocaron que la mirada del hincha esté cada vez más enfocada en quienes manejan el mercado de pases. Las urgencias del club impiden largos tiempos de adaptación: Orfila necesita que los que lleguen se pongan la camiseta y estén disponibles cuanto antes.
Por quien se había avanzado en los últimos días fue por Fernando Juárez, campeón del Torneo Apertura con Platense. Las negociaciones por su contrato estaban bien encaminadas, pero el arribo de Cristian «Kily» González como nuevo DT del Calamar cambió el panorama. El exjugador de Boca lo evaluó y, al parecer, dio el visto bueno para que continúe en Vicente López. Nacido en Santiago del Estero, Juárez suma 53 partidos en Platense, y su llegada a Gimnasia hoy parece una utopía.
Al igual que con Maximiliano Zalazar, Siro Rosané es otro jugador que Orfila conoce de su paso por Barracas Central. Surgido de las inferiores de San Lorenzo, el volante cordobés de 25 años es una de las opciones que se manejan en calle 4 para reforzar el centro del campo. Organizador de juego, con buen panorama de tres cuartos hacia adelante, Rosané impactó en sus primeros partidos con la camiseta del Ciclón, aunque con el correr del tiempo perdió continuidad. Su deseo de sumar minutos lo llevó al Guapo, donde se convirtió en una pieza importante para Rubén Darío Insúa. Con un gol y dos asistencias, el mediocampista categoría 2000 acumula 66 encuentros con Barracas, aunque por ahora no hubo avances concretos por su pase.
Otra de las alternativas es Mateo Seoane, quien no es tenido en cuenta por Guillermo Barros Schelotto. El juvenil de 21 años debutó en 2022 y acumula 27 partidos con la camiseta de Vélez, aunque nunca logró afianzarse como titular. Fue cedido a Talleres, donde apenas disputó un encuentro, y luego pasó a Rentistas de Uruguay, en la segunda división. Allí logró destacarse: jugó 26 partidos, 22 de ellos como titular.
Con poco margen para el error, Gimnasia necesita que la próxima incorporación no sea una apuesta, sino una solución real para un mediocampo que viene arrastrando problemas desde hace tiempo. La elección de ese número cinco será clave no solo para equilibrar al equipo, sino también para encarar con mayor solidez un torneo donde no hay lugar para titubeos. Orfila lo sabe, la dirigencia también. Ahora, el desafío es concretar.
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