Volante central se busca

El Lobo encara el segundo semestre con la necesidad de sumar un volante central. Desde Cardozo, pasando por Miramón y Saravia, el puesto quedó vacante y todavía no se encontró a ninguno que rinda. ¿Cuál será el cinco de Alejandro Orfia?

Desde Agustín Cardozo hasta Rodrigo Saravia, con el talento fugaz de Ignacio Miramón en el medio, la camiseta número cinco en Gimnasia tuvo nombres que dejaron una marca fuerte en la memoria del hincha. Cada uno, a su manera, fue clave en diferentes etapas recientes del club. Sin embargo, desde la salida del uruguayo en 2024, el puesto quedó vacante de certezas. Entre apuestas que no funcionaron y juveniles que no lograron afirmarse, el Lobo vuelve a mirar al mercado con la necesidad urgente de encontrar un nuevo dueño para el mediocampo. Orfila lo sabe: su proyecto necesita un cinco que ordene, equilibre y lidere.

Fue en 2022, con Néstor Gorosito, la última vez que el Tripero ilusionó al hincha: peleó de mitad de tabla hacia arriba, fue puntero de la Liga Profesional y terminó clasificando a la Copa Sudamericana. Aquella formación predilecta de “Pipo” tenía una columna vertebral bien marcada, con Rodrigo Rey en el arco, Leonardo Morales en el fondo, un intratable Agustín Cardozo en el medio y, en zona ofensiva, los tan recordados Ramón Sosa y Cristian Tarragona.

Poniendo el foco en la mitad de la cancha, Cardozo vistió la camiseta del Lobo en 42 oportunidades, transformándose en titular indiscutido y dejando un recuerdo que aún persiste en la memoria del hincha, al punto tal de ser pedido en cada mercado de pases. Algunos se animan a decir que fue el último gran mediocampista central que tuvo Gimnasia. Su salida coincidió con el final del préstamo, y más allá del deseo de retenerlo, «Piti» volvió a Tigre, club dueño de su pase.

Las elecciones en el club marcaron el arribo de Mariano Cowen a la presidencia y, con él, un proceso de reestructuración económica que derivó en el vaciamiento del plantel. Luego de un breve paso por la Reserva, Sebastián Romero asumió el mando del equipo profesional. Sin las figuras que habían llevado a Gimnasia a los primeros planos, «Chirola» apostó por los pibes surgidos en Estancia Chica. Uno de ellos fue Ignacio Miramón.

Con la número cinco en la espalda, Nacho se fue ganando su lugar de a poco, adaptándose a la alta exigencia. El punto de inflexión fue el clásico ante Estudiantes en 2023, donde se consagró como figura. Con apenas 20 años, se adueñó del mediocampo y fue clave en el triunfo tripero ante el eterno rival. Su rendimiento fue tan alto que se hizo imposible retenerlo: el Lille de Francia ofertó una cifra importante y se lo llevó a mitad de año.

Pese a la presencia de otros juveniles que venían detrás en la consideración del cuerpo técnico, la dirigencia decidió buscar un reemplazante afuera y cerró la llegada de Rodrigo Saravia. Sin lugar en Peñarol, el volante uruguayo reunía las condiciones necesarias y llegó a préstamo por una temporada. Aunque el momento del equipo no ayudaba, a “Cachete” no le costó adaptarse. Fue titular desde el arranque, dejó buenas sensaciones y disputó 33 partidos, con un gol incluido. A mediados de 2024, el Rostov de Rusia compró su pase y emigró a Europa.

Desde entonces, Gimnasia no logró encontrar un reemplazante a la altura. Martín Fernández había arrancado bien y parecía que iba a romperla, pero se fue apagando en medio de la irregularidad general del equipo. También llegaron Yonatán Rodríguez y Junior Moreno, pero ninguno logró afirmarse y sus pasos por el club fueron breves.

Así, en pleno 2025, Gimnasia sigue en busca de su nuevo volante central. El Lobo necesita encontrar otro Cardozo, Miramón o Saravia. Con Marcelo Méndez y Diego Flores, el equipo fue alternando entre Nicolás Garayalde, Leandro Mamut y el propio Fernández.


¿Quién será el próximo «cinco» tripero?

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