Gimnasia no pudo hacer pie en Rosario y cayó frente al Canalla por 2-1. El partido se jugó está noche en el Gigante de Arroyito por la fecha 6 de la Copa de la Liga. Facundo Tello fue el árbitro. Carlos Quintana y Luca Martínez Dupuy anotaron para el local, Pablo De Blasis de penal descontaba para el Lobo.
Buscando su segunda victoria consecutiva y volver a sumar como visitante, Gimnasia llegó a Rosario. Con el desafío de estirar lo hecho frente a Huracán en el Bosque y cargando en sus hombros la ilusión de los hinchas por seguir prendido en los primeros lugares de la Zona A de la Copa de la Liga. En una parada que ya se sabía difícil en la previa, el Lobo no pudo hacer pie y volvió a repetir los mismos errores que lo dejaron con las manos vacías frente a Vélez en Liniers.
Mas allá de haber repetido a casi los mismos protagonistas del último martes, el rendimiento fue totalmente diferente. Leonardo Madelòn probó un esquema con Ivo Mammini alejado de su rol de delantero y ocupando un lugar en la mitad de la cancha, además de Matías Abaldo que dejó la banda y se metió a buscar la pelota por el centro. Estos cambios no surtieron efecto y afectaron al rendimiento del equipo en la mayor parte del partido. No hubo espacios para hacer circular la pelota, ni tiempo para que se destaquen Benjamín Domínguez y Matías Abaldo.
El equipo de Miguel Ángel Russo saltó a la cancha e impuso condiciones desde el arranque. Apenas seis minutos pasaron del pitazo inicial de Facundo Tello y Carlos Quintana conectó un cabezazo letal para poner al equipo rosarino en ventaja. Inevitablemente Gimnasia sintió el golpe y por minutos fue espectador del juego de Rosario Central, sin poder conectar dos pases consecutivos y alejado del área del Jorge Broun. Sumando malas noticias, a los 30’ Luca Martínez Dupuy se encontró con la pelota en el área, metió un puntinazo y anotó el segundo para el local. Sobre el final del primer tiempo, Pablo De Blasis fue a buscar un pelotazo al área, se topó con el codo de Damián Martínez. Ya desde los doce pasos, el “10” tripero hizo el gol y puso el 2-1 final.
A pesar de los cambios para revertir el tramite del partido, el segundo tiempo siguió en la misma sintonía que el primero. Gimnasia estuvo distante y se encontró con muchas dificultades de la mitad de cancha para adelante. No estuvo lucido, los que entraron desde el banco no ayudaron y se fue otra noche pálida en la previa del clásico.
Las dos caras de un Gimnasia irregular que tiene en su historial partidos ganados tras una gran muestra de carácter, tomando el protagonismo y yendo para adelante. Pisando fuerte en Avellaneda, Córdoba y lo más reciente frente al equipo de Parque Patricios en el Bosque. Y por otro lado, la apatía en su máxima expresión. Lejos de un gran rendimiento con futbolistas apagados y la falta de herramientas para cambiar la trayectoria y evitar el abismo final.
Lo cierto es que se viene el clásico el próximo domingo en casa. La buena noticia es que habrá una semana entera para trabajar sobre los errores y dar una vuelta de página. Será tarea del cuerpo técnico en Estancia Chica buscar alternativas y las respuestas después de una mala noche en Rosario.
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