En un partido para dejar atrás rápidamente y sacando como positivo el punto obtenido en Santiago del Estero, Gimnasia no tuvo claridad de la mitad de cancha para adelante y no logró concretar las pocas llegadas que tuvo. Sin importar el desarrollo del encuentro, Ignacio Miramón hizo sentir su presencia en el medio y con muy poco se destacó por sobre sus compañeros.
Queda lejos aquel arranque de año con Sebastián Romero asumiendo y haciéndose cargo de un equipo plagado de juveniles, sin las figuras de los últimos meses del 2022 y teniendo que contar con jugadores con pocos minutos en primera. Sin recursos para salir a buscar refuerzos e inhibido por deudas impagas.
Entre todos esos apareció con la camiseta número 5, Nacho Miramón. Uno que le tocó la difícil parada de reemplazar a Agustín Cardozo y teniendo que ser, quién haga jugar al equipo. Ocupando el mismo rol que en reserva, pero ahora en primera, ante rivales con jugadores de categoría y con el Bosque lleno.
Así como sucedió anoche con Central Córdoba, se hizo dueño del mediocampo y luchó cada pelota que le pasaban cerca, no dando ninguna por perdida. Además, se aprovechó de su buena pegada ya que probó en más de una oportunidad de afuera del área y no logró que su remate termine adentro del arco.
El mediocampista es una de las revelaciones y otro de los que puede durar poco en el club. Su rápida adaptación y buen nivel partido tras partido despertó el interés de algunos equipos de Argentina, pero no paso de ahí.
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