A poco más de un mes de cumplirse un año de las elecciones que renovaron su cargo como presidente de Gimnasia tras haber triunfado en las urnas con el 61% de la voluntad de los socios y socias, Gabriel Pellegrino pegó el portazo. La CD aceptó su decisión y Jorge Reina lo sucederá en el cargo.
El 15 de diciembre de 2019, después de días negros para la política del Club donde se buscó la imposible unidad de todo el arco, llegó el contundente triunfo en las urnas del oficialismo que se consagró cerca de la medianoche con la lectura del acta correspondiente, previo al breve discurso del presidente reelecto donde asumió el compromiso de cumplir con las promesas de campaña.
Acompañado de sus nuevos vicepresidentes Jorge Reina, Raúl Tassi y Antonio Gargiulo, y abrazado a la figura de Diego Maradona, Pellegrino enfatizó: “tenemos la obligación de ser mejores”.
“De lo que prometimos, no nos vamos a correr, seguimos pensando que el fútbol hoy tiene que ser una prioridad. Necesitamos un plantel reforzado e importante. Y las obras de las que hablamos, inmediatamente tienen que comenzar”, dijo entonces con la espalda ancha por el apoyo popular y un séquito controlado.
Los meses que transcurrieron descontrolaron absolutamente todas las áreas, en los ámbitos de la vida toda, y sobre todo en Gimnasia que se vio arrasada por la pandemia de malas noticias que zanjaron divisiones que el cotillón y algarabía electoral supo esmerilar.
La figura de Marcelo Ramos al frente de la coordinación de juveniles, la salida de Paula Casamiquela, la denuncia de acoso y tentativa de abuso sobre Carbonero y su posterior citación, y cuestionamientos del manejo de la situación Maradona (quien se recupera en Olivos) y del último mercado de pases, salieron a hacer relucir todas las diferencias entre la Comisión Directiva. Entre pellegrinistas y disidentes. Y pellegrinistas devenidos disidentes.
En un zoom caliente, Gabriel Pellegrino anunció que renunciaría a su cargo, posteriormente abandonó el grupo de Whatsapp, y presentó su carta en la Sede Social donde fue recepcionada por el Secretario General, Daniel Giraud. Más adelante, decidió confirmar su decisión con el diario El Día.
La despedida
“Tomé la decisión de renunciar por la incompatibilidad de formas con algunos integrantes de la Comisión Directiva actual”, comienza su carta y continúa remarcando que “uno de los roles principales que considero debe tener el Presidente de nuestro Club, es el de unir las diferentes posiciones y avanzar hacia un mismo camino. Como mínimo, lograr ese objetivo dentro de los integrantes de la Comisión Directiva. Yo no pude conseguirlo”.
“Al no lograr esta unión decidí dar un paso al costado y tratar de que otro tome mi lugar para conseguir este primordial y fundamental objetivo. Objetivo que en las mayorías de los casos permite que los que forman parte de una gestión puedan convivir alegremente, más allá de sus razones, o no, y de los resultados deportivos”, manifestó.
Entre otros línemientos, expresó que “el Club está mejor que antes y eso siempre fue un objetivo tomado como obligación, como tiene que ser”, pero “estoy seguro que de esta manera, desunidos, nos estamos alejando de lograr éxitos, nos desgastamos en peleas y no en discusiones constructivas como tendría que ser”.
Por último, se refirió a los expellegrinistas, ex amigos dentro de la comisión: “A partir de ahora, para muchos de ustedes su amigo o buen conocido como mínimo, espero…”
Hay quienes dicen que además de los cuestionamientos de sus pares sobre decisiones institucionales, Gabriel Pellegrino se habría visto dolido por la “traición” de un amigo dentro de la dirigencia. Lo cierto es que hoy por hoy, dada la renuncia el resto debería aprobarla. De ser así, Jorge Reina asumiría como presidente del Club y ocuparía los cargos que actualmente Pellegrino detenta en la Liga Profesional de Fútbol y AFA.
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