El Lobo empató con Central en un partido en el que mereció más, jugó uno de los mejores partidos en la vuelta de Pedro, ante un rival de fuste. Fabián Rinaudo fue una de las figuras, Fito volvió a ser Fito; el Tanque convirtió de nuevo y pelea todas; Melluso, infiltrado y con dolor fue el dueño del lateral izquierdo.
El partido no era fácil, si bien Central no llegaba bien, es un equipo importante, con jugadores de renombre y buen nivel, y Fabián Rinaudo leyó eso y estuvo a la altura. Corrió, metió, cortó, probó, generó, fue el dueño del mediocampo, el Rinaudo al que con su nivel quisieron Boca, Racing y el mismo Central. Hoy Fito fue la figura de Gimnasia y si continúa con ese nivel lo va a seguir siendo muchos partidos más.
Silva te pude gustar o no, podés creer que está de vuelta, o que es un jugadorazo. Pero no se puede no reconocer el desgaste que hace en cada partido. No sólo le brinda jerarquía al equipo, es una voz de mando dentro del campo, sino que entiende muy bien el juego que pide Troglio y se sacrifica por él. El tanque marcó su primer gol con la camiseta del Lobo en el Bosque, su tercer gol en el campeonato, con un penal que se generó, es el goleador del Lobo, baja todas las pelotas, se solidariza con sus compañeros y los releva, con 36 años le Tanque está más vigente que nunca.
El juvenil Matías Melluso fue otra de las figuras, el pibe que desde que debutó se ganó un lugar entre los 11 viene arrastrando una molestia en su rodilla izquierda, jugó su segundo partido infiltrado y no se notó. Aguantó los 90 minutos, marcó, presionó, anticipó, pasó al ataque y es una de las garantías en la defensa Tripera. La gente le demostró su buena labor en varias de sus acertadas intervenciones y el pibe es cosa seria.
Junto con Melluso en la defensa también está teniendo muy buenas actuaciones Gonzalo Piovi, el ex Argentinos muestra seguridad, garantías en la defensa y buen pie a la hora de salir jugando. Gana por arriba y por abajo, es tiempista y criterioso, un acierto del mercado de pases.
Párrafo aparte para Lorenzo Faravelli, jugó su clásico personal, el pibe surgido de Newells mostró carácter y firmeza en el medio de la cancha, corrió, metió y probó al arco. Le faltó ingerir un poco más en la generación de juego pero fue un buen partido del rosarino que terminó saliendo con una molestia.
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