El partido entre Gimnasia y Boca por la fecha 25 de la Superliga Argentina de Fútbol quedó suspendido… quizá para el miércoles 9 de mayo, puede que se juegue en el Bosque, tal vez en el Estadio Ciudad de La Plata. La única certeza es que el club de la ribera llegó esta mañana al Juan Carmelo Zerillo y propuso no jugar el partido por el mal clima. Que el árbitro primero sostuvo que el campo de juego estaba impecable y luego prefirió suspender. Que Boca juega el miércoles por la Copa Libertadores. Que una vez más la impunidad del poder da por tierra con el fútbol.
Desde el debut de la Superliga Argentina de Fútbol que todo el país entendió de qué se trataba. La des-federalización del fútbol, la apropiación de la pelota por parte de los que más tienen, el entierro del Fútbol Para Todos, los beneficios para los clubes más grandes como la ampliación del cupo de extranjeros, los viajes, ingresos y televisación.
Todos sabíamos que íbamos a pasar a ser personajes de reparto de las obras de Boca y River, cuando no meros espectadores. Y sí, aceptamos las reglas. En realidad no, pero existen una billetera flaca, el afán de jugar con armas blancas y el deseo intacto, aunque ilusorio, de hacerle frente al poder.
Esta semana Boca Juniors cumplió 500 días como líder de la competencia. ¿Casualidad? Claro que no. Con un poco de buena fortuna y empujoncitos de acá, de allá y de todos lados, se mantuvo. Lleva 42 jornadas en la cima, tres más que la segunda mejor marca de la historia del club, cuando Carlos Bianchi era el DT.
Llegaba al Bosque con chances de ser campeón si se daban una serie de resultados. No se dieron. Su escolta, Godoy Cruz superó a San Martín de San Juan y se puso a tres de Boca que deberá esperar para la definición de la competencia.
Hoy ejerció su poder ante un Gimnasia que poco puede hacer en esta obra. Desde el Presidente de la Nación hasta el último eslabón de la cadena xeneize, ostentan de la potestad de hacer y deshacer a su antojo.
Durante dos semanas se debatió sobre la localía para este encuentro. Que se juega en el Estadio Ciudad de La Plata con visitantes para recaudar. Que se juega en el Bosque pero sólo con parcialidad local y exclusivamente socios para evitar infiltrados. Por último, apenas un día antes, se informó la venta de entradas para no socios. Insólito. Contradicción de los organismos de seguridad y tomada de pelo para los triperos.
Finalmente, entonces, en el Juan Carmelo Zerillo. Pero el líder del campeonato llegó y no quedó conforme con las condiciones del campo de juego. ¿No quedó conforme o la decisión estaba tomada antes de llegar a 60 y 118? La cancha lucía impecable, sin acumulación de agua y la pelota corría en la previa. El mismo Facundo Tello, árbitro del encuentro así lo había observado. Pero, por supuesto, antes de la reunión con los dirigentes de ambos clubes. Luego de la cual, decidió la suspensión.
Claro, están los “grandes” medios de la “gran” Capital Federal, que responden al “gran” Boca Juniors. Y se asistió, esta mañana lluviosa, a la muestra más bochornosa e inescrupulosa del manejo impune de quienes tienen la billetera más gorda. Boca encaprichado por no querer jugar, la cobertura mediática mostrando imágenes mentirosas donde muestran charcos de agua de fuera del campo de juego con un ángulo que favorece y acompaña lo que ellos intentan comunicar: “en el Bosque no se puede jugar”. Pero Gimnasia sí quiso jugar el partido.
Y así… una vez más somos víctimas y espectadores de todo lo que no queremos ser. Juan Manuel Lugones, titular de APREVIDE, al finalizar el encuentro señaló que el partido podría reprogramarse para el miércoles 9 de mayo. Con horario y escenario a confirmar. ¿Escenario a confirmar? Sí. Cayó como anillo al dedo.
Boca tendrá tiempo de preparar el partido para su próximo compromiso internacional del miércoles. Ningún jugador tuvo que exigirse en un partido donde ya no había posibilidades de consagración. Se basureó y manchó al Bosque de manera infame. Lo que era un espectáculo futbolístico es ahora un teatro con muchas marionetas y dos o tres manejando unos cuantos hilos.
Asistimos, señores, al torneo que ya tenía un campeón antes de haber comenzado.
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