A poco más de dos meses de la asunción de Facundo Sava como Director Técnico del Lobo se puede decir que, puntos más puntos menos, el Mundo Tripero recuperó el optimismo y se renovó la ilusión en el equipo.
Aquella imagen del “Colo” ingresando a Estancia Chica verdaderamente emocionado el día que decidió hacerse cargo del plantel profesional fue una caricia al alma para un pueblo gimnasista que, con el alejamiento de Mariano Soso, creía que podían acechar tiempos de incertidumbre.
Es que el proceso del joven técnico (que significó tan sólo una mala apuesta) duró poco, y su figura nunca terminó de empatizar con el hincha que, luego de su portazo del club, se sintió traicionado.
Porque más allá de que durante la “era soso” Gimnasia nunca fue regular (36% de efectividad), de que el equipo se volvió vulnerable (22 goles en contra en 12 partidos) y el sistema táctico no era del paladar tripero, la dirigencia y la gente siempre bancaron.
Soso entró enarbolando la idea de trabajo “trascendente”, en sintonía (y motivado por) una Comisión Directiva “que está fundando un proyecto y que ha definido su horizonte”, y se fue “por falta de recursos”. Eso deja en claro que no comprendió cómo se vive Gimnasia, y actitudes como la de “blindar” Estancia Chica, ser austero en el día a día y no tener claridad a la hora de declarar (a pesar de su ambición de retórica perfecta al mejor estilo Marcelo Bielsa) lo dejan en evidencia.
Recordemos que vivir a lo Gimnasia es poner a la institución y su espíritu por encima de todo, y sentirse un eslabón más de una cadena que constituye un club social del pueblo. Un pueblo alegre, lleno de fortaleza y con una gran capacidad de resistencia, es decir, que puede estar en la mala pero va a estar firme aguantando siempre. Porque más que el equipo lo motiva ser de Gimnasia.
Entonces, irse de esa forma, manifestando que la falta de incorporaciones ponía en jaque “el proyecto”, evidencia que a ese proyecto se le olvidó un factor vital y determinante: comprender la realidad del club, adaptarse a tales circunstancias y buscar alternativas para salir adelante. Eso es Gimnasia.
Un club con ansias de consolidar progresivamente todas las disciplinas, con el compromiso de hacer de la vida institucional un cobijo para el triperío y, lamentablemente también, en Concurso de Acreedores, no iba de la mano con “ese” proyecto que se volvió sólo futbolístico, porque exigía cuatro refuerzos para seguir en pie.
Bien por la dirigencia en no echar a Mariano Soso e invitarlo a salir, eso demuestra que ya no hay lugar para los juicios que se vuelven eternos e impagables (como el caso Miguel Ángel Cappa) y se ponen el presente y el futuro de Gimnasia por encima de todo.
Quizás, lo que podría ayudar a entender la postura del ex DT del Lobo, que seguramente tiene un gran futuro por delante, es el hecho de que el Fútbol Argentino es una carnicería de entrenadores en el que se vuelven descartables, por lo que terminan tirando todo por la borda si no se dan los resultados en el corto plazo. Gimnasia no necesita de esos técnicos.
Ya es tiempo de Sava. Un técnico de trayectoria, con buenas y no tan buenas experiencias, pero con ganas y un compromiso que motiva y renueva las esperanzas. Un tipo humilde con un pasado glorioso por el club, que tuvo a Carlos Timoteo Griguol como entrenador y a Pedro Troglio de compañero, quienes deben ser siempre una referencia a la hora de desenvolverse en el cargo.
Porque ambos, además de darle luz verde a los pibes de las inferiores que se volvieron factor clave de sus procesos, cargaban de identidad tripera sus planteles y sabían que más allá de los buenos o malos resultados lo que manda en Gimnasia es tener la certeza de que trabajando, con sacrificio y temple, se logran objetivos.
Lo mejor para Sava en esta nueva etapa. Su idea de que los jugadores tienen que “estar juntos y ser solidarios” en la cancha y en el día a día es positiva. Pero principalmente lo que entusiasma es su trato con la gente, y el hecho de haber reabierto Estancia al pueblo tripero para que tenga un ida y vuelta constante con el plantel profesional habla de su espíritu gimnasista.
El Colo firmó por una temporada y media, así que tendrá que acomodarse con lo que tiene hasta mitad de año y luego diagramar una temporada en la que, probablemente, tendrá un panorama más claro a la hora de rearmar el plantel y traer refuerzos.
Por Pedro Bressa
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