Son un montón de años. 134 diferentes y movilizantes. De crecimientos, expansiones y de francos retrocesos desde lo institucional. Estos últimos 12 meses sumaron otro factor: el emocional destructivo y a la vez esperanzador.
Gimnasia es un torbellino de sensaciones. Lo fue desde los encuentros en previos a su fundación en 1887 en la Sala de Comercio de 7 y 46, hasta este mismísimo 3 de junio de 2021 en el que la cifra de afectados por la pandemia del coronavirus asciende a casi 4 millones en Argentina y los muertos ya superan los 80 mil.
En realidad afectados estamos todos y todas. No solo aquellos a quienes lamentablemente les tocó transitar -con más o menos éxito- el virus y la debacle de la economía. Esta enfermedad o cualquier otra.
¿Perjudicados? todos. La pandemia nos arrebató nuestra cotidianidad, esa que apenas recordamos. Esa de la que esperamos tener que contarle a los más chicos y que no tengan que vivirla.
Pero es el segundo año. Para los 133 del Lobo, la pandemia y el aislamiento nos invitaba a celebrar de una manera ingeniosa, se apeló a las mentes creativas y corazones fraternos del triperío para conjugar fiesta con solidaridad. Ollas, guisos y pirotecnia. Contábamos con la presencia terrenal de nuestro D10S que invitaba a tener esperanza, cualquiera fuera el motivo del apesadumbramiento. Hoy ya no está. La tierra era habitada por nuestro Viejo querido. Hoy ya no está.
Este tres de junio no está aquel D10S, ni el maestro Griguol, pero tampoco cientos y cientos de triperas y triperos que este villano silencioso se llevó sin siquiera pedir permiso, sin discriminar género, edad o color. Cualquiera le va bien.
Para este aniversario somos menos, y duele. Y los que nos quedamos necesitamos un abrazo de tablón. De Bosque. Con la familia, con amigos. O con desconocidos aparentes, pero hermanados al fin. Aquel 29 de febrero de 2020 fue la última vez que nos encontramos todos y todas en casa de 60 y 118.
Pasaron 460 días de aquella tarde en que Maradona llegaba al Juan Carmelo Zerillo con un aire de plena serenidad y armonía; se encendió un habano y se sentó en la puerta del vestuario a respirar Bosque.
Más de un año transcurrió desde aquel día en que, como si fuera uno más, Diego observó a los caminantes de zona mixta del Juan Carmelo Zerillo y se erigió como objeto de voyeurismo.
Mucho tiempo de ese momento de flashes mundiales mientras, puertas adentro, los futbolistas besaban los crucifijos colgantes de cadenas brillantes que el entrenador le había obsequiado a todos y cada uno del plantel principal.
Fue para la anteúltima fecha de aquel torneo que el pueblo gimnasista se encargó de explotar el Bosque para acompañar a su equipo en el duelo ante los tucumanos del -por entonces- Ruso Zielinski.
Desde aquel triunfo ante Atlético Tucumán que no nos vemos. Y no sabemos cuándo nos volveremos a ver…
Ahora es momento de levantar el vaso y brindar por aquellos que coparon la tercera bandeja. De brindar por un Gimnasia más grande motivado por la sed de revancha humana de cada uno de nosotros en tanto actor social comprometido.
Es hora de mirar hacia dentro y valorar lo que hay, y lo que hay que mejorar. Entendiendo que para mejorar no solo hay que atender los mercados de pases y embelesarnos con aquel o este nombre. Para ser más grande hay que comprometerse y discutir colectivamente, entre reformistas y antireformistas. Entre todas las cepas de Gimnasistas. Participar y conocer qué, cómo y quiénes manejan el Club. El nuestro. Y qué hacen con él. Este nuevo año celebremos las ideas y su exposición, abracemos el debate entre diversas posturas.
Que la llegada y partida del más grande del fútbol haya hecho mella. Que el dolor que la pandemia y la consecuente distancia social no sea en vano.
Reformulemos nuestro sentir. Resignifiquemos nuestra pasión. Valoremos nuestra voluntad y exijamos más. Que un Scania nos pasó por encima y seguimos de pie. Gritemos todos juntos.
¡Por muchos años más, Gimnasia!
Coincido en muchas cosas, y creo que el Club, debe tener «políticas de Estado» consensuadas entre todos los socios, que tracen proyectos para todas las áreas, juveniles ,Estancia, Estadio, básquet, vóley, etc.,etc. ,que se proyecten en el tiempo, independientemente de quienes sean electos para dirigir la Institución. Su gestión será juzgada en los actos eleccionarios de acuerdo a las pautas y metas.cumplidas dentro de ese plan general, sin idas ni vueltas ,marchas y contra marchas, según el gusto o intereses de los dirigentes de turno. Como antes digamos otra vez » la adversidad no nos vence, nos retempla! ¡Arriba Gimnasia!
Coincido en muchas cosas, y creo que el Club, debe tener «políticas de Estado» consensuadas entre todos los socios, que tracen proyectos para todas las áreas, juveniles ,Estancia, Estadio, básquet, vóley, etc.,etc. ,que se proyecten en el tiempo, independientemente de quienes sean electos para dirigir la Institución. Su gestión será juzgada en los actos eleccionarios de acuerdo a las pautas y metas.cumplidas dentro de ese plan general, sin idas ni vueltas ,marchas y contra marchas, según el gusto o intereses de los dirigentes de turno. Como antes digamos otra vez » la adversidad no nos vence, nos retempla! ¡Arriba Gimnasia!